Iván P.P., el hombre de 33 años originario de Lugo acusado de matar de una brutal paliza a su sobrina de 8 años en la localidad de Sabiñánigo (Huesca), ya está en la cárcel. La juez de guardia de Jaca ordenó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza como presunto autor de un delito de asesinato. Y a la espera de que esta instrucción judicial declarada secreta avance, van trascendiendo más detalles sobre el crimen. Según publica el diario Heraldo de Aragón, la pequeña, Naiara Valentina, presentaba signos de tortura. Concretamente, hematomas circulares en muñecas y tobillos que podrían corresponder con marcas de ataduras, a lo que se añadirían lesiones antiguas que indicarían una situación continuada de maltrato. Entre ellas, apunta el periódico, una fractura de tibia, así como costras en las rodillas que apuntarían a que pudo ser obligada a estar en el suelo con las piernas dobladas.

El supuesto agresor, hermano del padrastro de la menor, trabajaba como vigilante de seguridad y llevaba muchos años asentado en ese municipio. Su padre, también gallego y ya fallecido, era guardia civil de profesión y se trasladó con toda su familia a esa localidad con motivo de ser destinado al cuartel de allí. Tras pasar a disposición judicial el sábado, a última hora de la jornada fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Aragón informaban de que la magistrada había decretado su prisión provisional para Iván P.P.

Testimonios

La juez, ese mismo día, tomó declaración a dos menores de 12 y 14 años como testigos de los hechos. Estas dos niñas residen en casa de la abuela de la menor fallecida, dado que la mujer tiene su guardia y custodia. Tras escuchar su testimonio, y hasta que se esclarezcan los hechos, el fiscal pidió que estas dos menores pasen a estar tuteladas por los servicios sociales del Gobierno de Aragón.

Según el Heraldo, estas dos niñas son primas de la víctima y la que tiene 12 años habría declarado a los investigadores que el lucense encerró a la fallecida en una habitación durante tres horas por la mañana la misma jornada del jueves en la que después recibiría los violentos golpes. La víctima fue trasladada, por la tarde, al Hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde acabó falleciendo al día siguiente viernes tras pasar casi 30 horas en estado crítico.

Naiara estaba pasando unos días de vacaciones en la casa de su abuela en Sabiñánigo, donde reside el detenido, y las dos menores que declararon ante la juez. Fue el presunto asesino el que avisó a los servicios médicos el jueves, explicando en un primer momento tanto a los facultativos como a la Guardia Civil que la menor se había caído por las escaleras. Los sanitarios dudaron de esta explicación y activaron el protocolo por posibles malos tratos.

La niña estudiaba tercero de Primaria en un colegio de Sabiñánigo y, aunque no se encontraba bajo tutela, los servicios sociales llevaban tres meses trabajando con esta familia por cuestiones económicas. Los vecinos del municipio de Sabiñánigo se encuentran consternados por este trágico suceso. Este pasado sábado unas 700 personas se concentraron ante las puertas del Ayuntamiento para mostrar su dolor por la muerte de la pequeña y la Junta de Portavoces del consistorio decretó dos días de luto oficial que se prolongarán hasta el mediodía de hoy.