"Estoy arrepentido, quiero pedir perdón a las niñas y a sus familiares, y a mi familia", declaró Antonio V.G., vecino de Mondariz Balneario de 47 años, al término del juicio celebrado ayer, en el que se le acusaba de agresión sexual a tres menores, así como de detención ilegal en grado de tentativa, ya que en el caso de una de las pequeñas habría intentado introducirla en la furgoneta con la que trabajaba.

Además de los diecisiete años y medio de prisión e indemnizaciones que suman 20.000 euros que reclama la Fiscalía, también las acusaciones particulares demandan penas que igualan o superan esa petición de condena, por delitos de agresión sexual sobre menores y agresión en el caso de una de las niñas, a la que propinó dos puñetazos en la cara y le provocó la rotura de la clavícula al caer al suelo durante el forcejeo. Las acusaciones particulares pidieron al Tribunal que tenga en cuenta circunstancias agravantes como alevosía, o abuso de superioridad.

Los hechos se produjeron en el verano del año 2015 en Ponteareas, Mondariz Balneario y Nigrán, donde trabajaba el acusado. Antonio V.G. abordaba a las menores por detrás, para someterlas a tocamientos de carácter sexual, según reconoció el acusado.

Las tres niñas de 12, 14 y 17 años en el momento de la agresión, explicaron al Tribunal que desde entonces sufren secuelas psicológicas, que tienen miedo a quedarse solas en cualquier situación, o que todavía hoy tienen problemas con el sueño, además de los daños físicos y una cicatriz en el hombro que sufre una de las víctimas y que le hace recordar esta agresión.

En la vista celebrada en la mañana de ayer en la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra declararon dos de las víctimas tras un biombo y otra por videoconferencia.

En su declaración inicial el acusado manifestó que "reconozco que ataqué por detrás" -empezó a relatar ante el tribunal-, interrumpiendo su declaración a petición de su abogada para a continuación indicar que prefería no contestar a ninguna de las preguntas de las partes, "porque hay detalles de los que ya no me acuerdo".

Estado "crepuscular"

A pesar de que se declaró culpable y reconoció los hechos, el acusado se negó a contestar a las preguntas de las partes, por lo que la acusaciones y la Fiscalía rechazaron la "colaboración" con la Justicia que su defensa alegaba. Su abogada esgrimió también un informe de una psicóloga forense para sostener que el acusado es inimputable a efectos penales, porque actuó en "estado crepuscular".

La letrada sostiene que el acusado sufría un trastorno de la consciencia durante el cual mantuvo una conducta irracional "que le impidió comprender la ilicitud de sus actos".

Por su parte, las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Galicia (IMELGA) que evaluaron al acusado descartaron que sufra una patología como la que esgrime su defensa y señalaron que presenta "rasgos de una personalidad de tipo esquizoide que no le impiden llevar una vida con normalidad", concluyendo que "entiende y sabe las consecuencias de lo que hizo".