Altas temperaturas, fuertes vientos y bajos niveles de humedad. Este cóctel meteorológico está detrás del gran incendio que lleva asolando cinco días la región centro de Portugal. Sin embargo, estos tres factores solo fueron la punta de un iceberg que arrasó más de 26.000 hectáreas gracias a unas condiciones climáticas adversas: crecimiento de la vegetación sin control y escasas precipitaciones. Así explica José Antonio Vega, investigador ya jubilado del Centro Forestal de Lourizán y antiguo jefe del departamento de protección contra incendios la virulencia e "inmensidad" del incendio de Pedrogao Grande.

-¿Qué es exactamente con lo que se han encontrado los servicios de extinción?, ¿ qué tenía de excepcional este fuego?

-Se contraron con una tormenta de fuego. Este tipo de incendios son devastadores por su reacción con la atmósfera. Fueron varios focos iniciales que al juntarse generaron una potencia de calor tan grande que reacciona con la atmósfera, se crean pirocúmulos (nubes de fuego), se genera mayor vapor de agua por lo tanto acelera su combustión y atrae viento nuevo. Todo es una retroalimentación, se va reforzando hasta convertirse en un fuego con un potencia que no es normal. De ahí su capacidad de sorpresa: parece muy lejano pero en poco tiempo lo tienes encima.

-¿Requiere un proceso de extinción diferente?

- Son muy complejos de atacar por este cúmulo de situaciones de las que hablábamos. Hay que esperar a un cambio meteorológico, solo con medios no basta. Muchos pilotos no pueden sobrevolar el fuego en estas condiciones: se está generando una corriente descendente de viento que no sabes para dónde va a ir. No es un fuego usual, es extraordinario y desolador.

-Galicia es otro territorio muy afectado por los incendios en los meses estivales. ¿Podría ocurrir un fuego similar?

-Tenemos que asumir que no estamos exentos de que ocurra un incendio semejante. Cada vez tenemos un clima más seco, hay más tormentas y una vegetación muy continua por lo que es peligroso. Cierto es que el clima costero es más liviano que el de interior, pero sí podría darse una situación semejante.

-¿Qué precauciones se deben tomar para poder afrontar un incendio de semejantes magnitudes?.

-La prevención es fundamental. Hay que proteger mucho los núcleos urbanos, talar eucalíptos y pinos y cuidar los entornos próximos a viviendas ya que estos fuegos se lo llevan todo por delante. La meteorología como ciencia puede ayudarnos pero es bastante complicado deducirlo con exactitud, lo fundamental es autoproteger el núcleo urbano.