Carlos Álvarez, el hombre de la parroquia cañicense de Achas de 44 años de edad que fue agredido el pasado sábado con una desbrozadora por un vecino que ya permanece en prisión provisional por estos hechos, falleció en la mañana de ayer en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo después de que el juez autorizase su desconexión a las máquinas que lo mantenían con vida tras entrar en muerte cerebral. Sus lesiones eran irreversibles. El cuerpo será velado en el tanatorio de A Cañiza y su entierro tendrá lugar previsiblemente mañana viernes.

La víctima ingresó en el hospital vigués el pasado sábado con graves heridas en su cabeza tras ser atacado en un camino, a escasos metros de su casa, por su vecino, José Luis Viéitez, quien tiene una vivienda en A Cañiza si bien su residencia habitual está en Vigo. La mala relación entre ambos por problemas de lindes y derechos de pasos era conocida por todo el pueblo y, tras años de reyertas y pleitos, el desenlace fue el más dramático que se podía esperar.

El alcalde de A Cañiza, Miguel Domínguez, lamentaba ayer lo sucedido, señalando que le "produce una gran tristeza y consternación que una mala relación personal llegase a un desenlace con unas consecuencias tan dramáticas". En este sentido, el regidor local dijo prestar su apoyo a las familias afectadas y transmitió sus condolencias por un hecho luctuoso de estas características.

Junto al fallecido, en los hechos ocurridos este pasado fin de semana también resultó herida su hija, de 22 años, si bien la evolución de esta joven, que fue trasladada al Hospital Povisa de Vigo, ha sido favorable.

El fallecimiento de Carlos Álvarez afecta de lleno a la causa abierta por el Juzgado de Instrucción 3 de Ponteareas a raíz de la brutal agresión. Su muerte supondrá que la tipificación de uno de los delitos por los que Viéitez ingresó en la cárcel de A Lama se modificará, por lo que pasará a ser investigado por dos delitos de homicidio, uno en grado de tentativa pero el otro ya consumado. El presunto agresor lleva desde este lunes en prisión provisional comunicada y sin fianza por orden del juez, cumpliéndose así también la petición realizada por el fiscal tras la comparecencia en la que el investigado se acogió a su derecho a no declarar.