Cuatro años y 10 meses de prisión es la pena impuesta por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra al colombiano Wilmer F. L. como uno de los autores de un violento atraco que sufrió la familia de un conocido constructor de Baión (Vilanova de Arousa) en 2015. La condena es significativamente menor de la que solicitaba al tribunal el fiscal, quien reclamaba 16 años y 8 meses de prisión. Si bien la Audiencia considera que el acusado es autor de un delito de robo con violencia, lo absuelve de los dos delitos de detención ilegal.

Según el relato de hechos probados, sobre las 21.30 horas del 4 de febrero de 2015, el acusado, en compañía de otras tres personas que no han sido identificadas, irrumpieron en el domicilio de este constructor y su familia en el lugar de O Rodo, Baión. Allí conminaron a este constructor y a su mujer a que les dijesen dónde estaba la caja fuerte, atando de pies y manos al empresario con bridas y trasladando a otra estancia a su mujer, que le indicó donde estaba la caja fuerte y les entregó las llaves de la misma.

Minutos más tarde llegó al domicilio familiar la hija del matrimonio acompañada de su hijo de ocho años de edad. Los asaltantes, entre ellos el acusado, procedieron a amedrentarla con un cuchillo y también la ataron de pies y manos, apoderándose de su bolso. Al niño lo dejaron sin atar. El acusado y sus acompañantes se apoderaron de un sobre con 600 euros que el constructor llevaba en su bolsillo, otros 6.000 euros que hallaron en la caja fuerte, joyas, abrigos y chaquetones de pieles, así como bolsos, una cubertería de plata y otros elementos electrónicos.

El tribunal concluye que el acusado es el autor de los hechos en base a las declaraciones de los miembros de la familia que, aunque no pudieron ver los rostros del asaltante, sí señaló la hija del matrimonio que el que les hablaba tenía acento sudamericano, probablemente colombiano, que es la nacionalidad del acusado.

Pero sin duda uno de los elementos clave para el tribunal son los restos de ADN hallados en una de las bridas con las que ataron a las víctimas y que coinciden con el perfil genético del acusado. Este, durante el juicio, había negado la autoría de los hechos afirmando incluso que nunca había estado en Galicia. Justificó la aparición de estos restos de ADN en el hecho de las malas compañías con las que andaba, "gente que se dedicaba a esto" y aseguraba que podría haber tocado las bridas antes de que se cometiera el delito.

Otro elemento más que relaciona a Wilmer con la casa de Baión en la que se produjo el asalto, tal y como destaca el tribunal, es la declaración de un testigo que afirmó ver en las inmediaciones del chalé un Peugeot del que anotó parte de la matrícula. Un coche de un modelo y un color exactamente igual a uno que tenía el acusado y con el que además coincidían las letras de la matrícula anotadas por el testigo.

Por su parte, el tribunal lo absolvió de los dos delitos de detención ilegal al entender que la retención de los habitantes de la casa durante el periodo que duró el asalto se incluye también dentro del delito de robo y no constituye un ilícito separado.