El juicio a los 13 acusados de formar parte de una organización dedicada al transporte de cocaína dirigida por el cambadés Rafael Bugallo Piñeiro, O Mulo, prosiguió ayer con la declaración de los agentes de la Policía Nacional y de Aduanas que dirigieron la operación que acabó con la incautación de la mayor parte del alijo que portaba la planeadora incendiada en agosto de 2008 en A Lanzada.

Un policía explicó cómo las unidades antidroga seguían de cerca a la organización. Sabían que había lanzado a alta mar a una planeadora para cargar droga, aunque ignoraban el punto exacto de desembarco. Explicó que pudieron recuperar gran parte del alijo arrojado al mar tras ser detectada la lancha por un avión de Aduanas y gracias al posicionamiento de una de las tarjetas de teléfono móvil activadas por los sospechosos.

Insistieron en que O Mulo eran quien "tenía la última decisión" y ciñeron la actuación del grupo a la operación de transporte y desembarco de la droga. Reconocen que nunca lograron identificar de forma fehaciente al dueño de la cocaína o al representante del cartel colombiano ante el grupo de transportistas gallegos. Uno de los agentes reconoció que no consiguieron determinar si la droga era de "Orbáiz o de José Manuel Núñez", dos nombres conocidos del narcotráfico gallego.