Ya fue condenado en 2013 por agredir a un conductor de autobús y ayer volvió a sentarse en el banquillo en A Coruña por el mismo delito. En la primera ocasión, las lesiones que causó a la víctima fueron de poca gravedad y el problema se resolvió con un juicio de faltas. En la vista de ayer se enfrentaba a una petición fiscal de diez años de prisión debido a los golpes que propinó con un bastón al conductor de un autobús urbano en octubre de 2014, que le provocaron la pérdida del 60% de la visión del ojo izquierdo. El sospechoso, que había subido a un vehículo de la Compañía de Tranvías en A Coruña sin pagar, atacó al conductor por sorpresa cuando éste le advirtió que llamaría a la policía si seguía gritando e insultando.

El procesado, que cuenta en su historial con 39 antecedentes penales, decidió ayer declararse culpable y aceptar el acuerdo al que se llegó entre su defensa y el fiscal. El sospechoso aceptó 6 años de prisión más otros 10 de prohibición de acercamiento a autobuses urbanos de A Coruña, lo que implica que no podrá subir a este vehículo municipal hasta dentro de una década. Durante este tiempo, no se puede comunicar ni acercarse a la víctima, a quién debe indemnizar con 96.500 euros por las lesiones. Además tendrá que abonar 2.635 euros a la compañía de autobuses y 763 euros al Sergas. La sentencia es firme.

Sin pagar

Sin pagarEl acusado mostró su conformidad con los hechos que se relataban en el escrito de del fiscal. Así, reconoció haberse subido en el bus a las 16.30 horas del 2 de octubre de 2014 en una de las paradas de la coruñesa calle Ramón y Cajal. Accedió al autobús sin pagar, a pesar de que el conductor le advirtió que debía abonar su precio si quería continuar el viaje a lo que el acusado "elevó el tono de voz desde su asiento", recoge el Ministerio Fiscal.

"Hijo de puta, hijo de puta, te voy a matar", fueron algunas de las expresiones que admitió haber dirigido al afectado quien a la altura de la calle Glasgow le advirtió que si no cesaba en su actitud llamaría a la Policía. Entonces, el acusado se levantó de su asiento, situado en la tercera fila del autobús, y atacó al chófer por sorpresa con un bastón que impactó en el lado izquierdo de la cara. El perjudicado no se pudo defender porque estaba "sentado y sin margen de maniobra", relata el fiscal.

Usuarios del autobús lograron separarlo del trabajador de Tranvías, quien cerró las puertas de su vehículo hasta que llegaron los agentes de la Policía Local. A consecuencia de la agresión, el afectado perdió el 60% de la visión del ojo izquierdo y le quedaron varias cicatrices en la frente.