Un agente de Tráfico del destacamento de la Guardia Civil de Verín se enfrenta hoy a un juicio en el tribunal militar de A Coruña acusado de un delito de insulto a un superior. La petición de condena es de seis meses de prisión efectiva que, en caso de resolución firme en su contra, deberá cumplir en la prisión de Alcalá Meco. Los hechos que se le imputan, según explicó ayer el abogado Miguel Gómez, son los supuestos insultos que habría proferido contra su sargento en una pachanga de futbito, fuera del ámbito laboral.

El agente cuenta con el apoyo de la asociación Unión de Guardias Civiles, UniónGC, que ve "inadmisible" que un suceso como este derive en un juicio militar y una "auténtica barbaridad" que se aplique el código penal militar a unos hechos que afectan al ocio en el ámbito privado de los agentes. "La Guardia Civil no puede ser un Estado dentro de otro Estado", afirmó Ramón Rodríguez, secretario general de UniónGC que ayer compareció en Ourense para dar cuenta del caso junto con el citado abogado; el portavoz nacional, José Manuel Manrique, y el secretario gallego, José Freire. Este último recordó que este sistema se aplica únicamente ante situaciones de "estado de sitio, guerras o misiones internacionales". El partido, de hecho, se convocó a través de un grupo de Whatsapp en el que hay guardias y otras personas ajenas a la Guardia Civil. Se celebró en septiembre de 2014 y originó la discusión entre el imputado y su superior, una bronca "como cualquier otra en el lance del juego", indicó Gómez.

La discusión, en la que el abogado asegura que "no hubo insultos", provocó la apertura de un expediente disciplinario al agente de rango inferior que conllevó la declaración de ambos implicados, así como del resto de jugadores y otros testigos. "Nadie oyó ningún insulto", explica el letrado. Sin embargo, añade, el superior asegura en su denuncia que el guardia le llamó "payaso y subnormal". También habría dicho a sus compañeros de equipo "que le rompieran las piernas". El abogado insiste en que ningún testigo presencial corroboró tales afirmaciones, si bien el superior "de forma sorprendente presentó a dos suboficiales como testigos que no estaban presentes pero que dicen que les contaron lo que había pasado".

En base a esto, el agente fue sancionado por insubordinación con cinco días sin sueldo. En respuesta, el ahora imputado denunció el posible falso testimonio de los dos agentes de rango superior a él pero el togado ha incoado diligencias contra él por insulto. UniónGC ha anunciado que irá "hasta el final, a instancias europeas si hace falta; no vamos a permitir este atropello", señaló Ramón Rodríguez.