El vecino de Cangas Miguel Ángel V. F., de 52 años, que en la noche del domingo se atrincheró durante tres horas con una escopeta de caza en la vivienda de su ex pareja en esta localidad, murió finalmente esta pasada madrugada en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. El fallecimiento se produjo a alrededor de las 02:30 horas por complicaciones en la herida a consecuencia del tiro que, durante su encierro, se pegó en un hombro y con el que presuntamente pretendía suicidarse. Su muerte sorprendió incluso a sus allegados por cuanto este cangués, tras dispararse y ser detenido, fue evacuado con vida en ambulancia y no se temía por ella, incluso intentó dirigirse a un conocido cuando era introducido en la ambulancia y al que le había dicho antes por teléfono que se quería quitar la vida. El hombre iba con oxígeno y suero, pero consciente.

Fuentes próximas a la familia del fallecido indicaron ayer que los perdigones le alcanzaron venas ventriculares del corazón, lo que requirió su traslado al Hospital Álvaro Cunqueiro. La autopsia al cadáver se realizará hoy, en el centro hospitalario Nicolás Peña de Vigo y se espera que sea incinerado, según indican fuentes próximas a la familia.

También se pudo saber ayer que Miguel Ángel V. había aprovechado su estancia el sábado en Ourense, donde tienen casa sus padres, para coger la escopeta de caza con la que después entró en la vivienda de su expareja, sita en la segunda travesía de la avenida de Lugo, muy cerca del estadio de fútbol de O Morrazo, donde se parapetó. Allí disparó cuando la patrulla de la Guardia Civil llegó a la vivienda alertada por la ex pareja del fallecido, al encontrarse a su llegada con la puerta forzada. Eran alrededor de 21:30 horas.

El fallecido había protagonizado varios incidentes a lo largo de los últimos quince días, según reflejan los partes de la Policía Local de Cangas.

El pasado día 24 de abril, a las 21.15 horas, agentes de este cuerpo acudieron a la calle Ferrol, alertados por una llamada telefónica. Se encontraron con que Miguel Ángel V. había sido reducido por unos vecinos tras intentar entrar en el coche, empuñando un cúter, en el que iba su excompañera sentimental. Los gritos de alarma que dieron ella y la mujer que la acompañaba hicieron intervenir a los vecinos. Hasta el lugar también acudió la Guardia Civil de Cangas. En aquel momento se decidió llamar a una ambulancia porque pudieron comprobar que el hombre presentaba síntomas de enajenación.

La ambulancia le trasladó a un centro hospitalario de Vigo y al día siguiente se le dio el alta. Las fuerzas del orden barajaron dos hipótesis: que el cúter que empuñaba lo pretendía utilizar para cortarse las venas delante de su expareja o que pretendía agredirla con el mismo.

Después, la Policía Local pudo también averiguar que se trataba de la misma persona que días antes había protagonizado un intento de suicidio, al querer tirarse desde un balcón.

Aunque el nombre del fallecido no estaba en la lista de órdenes de alejamiento que tenía la Policía Local de Cangas, sí estaba en la de la Guardia Civil, como consecuencia de una denuncia presentada por su expareja días previos al suceso.

El caso vivido el domingo por la noche está considerado como un episodio de violencia de género.