Uno de los testimonios que centró la jornada de ayer en el juicio contra el presunto grupo de narcos que intentó robar un alijo de cocaína fue el del compañero de patrulla del guardia civil acusado en el procedimiento. El agente -que llegó a ser imputado pero sobre el que se archivó la causa al descartarse que tuviese conocimiento del vuelco en el que estaba supuestamente implicado su compañero- compareció en la Audiencia de Vigo como testigo. El efectivo afirmó que ese 16 de enero de 2014, cuando ya estaban patrullando, el guardia le comunicó que había recibido "una información" de un coche que posiblemente llevase droga y que iban a ir a interceptarlo. "Me lo dijo una media hora antes", concretó el testigo, que confirmó que ni pidieron refuerzos ni avisaron al cuartel. "No vi nada que me indicase que pasaba algo raro; me lo planteé como una actuación que haríamos entre los dos", afirmó.

El agente contó que empezaron a patrullar a las 06.00 horas y que su compañero le contó lo del chivatazo a las 8 de la mañana. "Lo vi un poco diferente de lo habitual, dijo que estaba mal del estómago, pero no percibí nada raro; tuvo más llamadas que de costumbre", señaló.

El testigo supuso que quien telefoneaba era el "informador" que le daba información a su compañero de la ruta del vehículo con la droga -en realidad, sostiene el fiscal, el acusado hablaba con Marino Giménez, de Los Morones, con quien estaba supuestamente compinchado para robar la droga a los narcos simulando un control policial-. El testigo contó que tras interceptar el vehículo en Mos irrumpió allí la Policía Nacional. Otros tres guardias civiles que eran compañeros en Mos del acusado también declararon: dos aseguraron que les contó que tenía un soplo sobre un alijo. "Dijo que no lo veía claro", concretó uno.

Y ayer también compareció la que al tiempo de los hechos era jefa del grupo de la Udyco de la Policía Nacional que dirigió el operativo. La investigación había nacido meses antes por una rama familiar distinta, pero la policía señaló que se investigaba a "todo" el clan de los Morones, indagando en varias cuestiones, como su actividad en los mercadillos: "Teníamos información de que cobraban un impuesto revolucionario". Finalmente las pesquisas los condujeron a Marino al recibir, avanzadas las pesquisas, información de una fuente anónima de que iba a haber una "transacción de drogas". "Fue un hecho puntual que surgió en la investigación", explicó.