El número de menores víctimas de abusos y acoso sexual por parte del hostelero vigués de 40 años, C.V.I. detenido el pasado miércoles, podría ascender a la treintena. Según precisaron fuentes próximas al caso, la unidad de la Policía Nacional de Vigo al frente de la investigación sospecha que la cifra de jóvenes afectados, tras un primer análisis de los archivos e imágenes recopilados en los registros de la vivienda, embarcación y negocio que regentaba este vecino de Vigo podría incrementarse hasta los 30 perjudicados. Por el momento los agentes trabajan bajo la confirmación de 15 víctimas, todos chicos de entre 14 y 15 años de edad, los cuales compartían un grupo de WhatsApp con el ahora preso, en el que les enviaba imágenes de alto contenido sexual e incitaba al visionado de películas pornográficas, según informó la Policía Nacional en un comunicado.

Para la investigación está siendo fundamental el testimonio de esta quincena de jóvenes. Ocho de estos menores reconocieron en sede policial los hechos por los que se acusa a C.V.I., mientras que el resto de los chicos no optaron por no declarar al respecto, según informaron fuentes próximas al caso. Durante la comparecencia judicial de "Papuchi" ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo, en funciones de guardia, ofreció una versión exculpatoria asegurando que dicho grupo de WhatsApp respondía a una situación diferente de la que se le acusaba. Ni la fiscal ni la juez consideraron creíble su versión, por lo que la magistrada instructora decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza.

El operativo, iniciado meses atrás, fue destapado por un propio agente de la Policía Nacional, quien extrañado por los constantes viajes del varón en su coche deportivo siempre acompañado de niños, puso la situación en conocimiento de la comisaría. No solo camelaba presuntamente a los menores con viajes en su flamante Maserati, sino que su opulencia quedaba patente en otras acciones de captación como fiestas y paseos a bordo de su yate o invitaciones a partidas en la bolera o comidas y cenas en el restaurante italiano que regentaba.

Este céntrico local, situado en la calle Montero Ríos permanecía con sus persianas cerradas al público durante toda la jornada de ayer al igual que su perfil en la red social Facebook, que ha sido eliminado desde hace al menos dos días.

Sería precisamente a través de esta red social y en su local de restauración donde habría entablado contacto con los menores. Tras ganarse su amistad y confianza, el hostelero los invitaba a fiestas en su barco o los iba a recoger a su centro escolar a bordo de su vehículo de alta gama, según fuentes policiales.

Cuando logró hacerse con un amplio grupo de jóvenes, el reo creó creo un grupo de WhatsApp en el que añadió a 15 jóvenes menores de edad y a través del cual les incitaba a la pornografía y visionado de películas para adultos.

Además, siempre según fuentes policiales, los invitaba a su domicilio para consumir bebidas alcohólicas con el fin de desinhibirlos y poder abusar sexualmente de ellos.