El juicio contra una presunta banda de narcos liderada por Marino Giménez, hermano de Sinaí y miembro del clan de Los Morones, prosigue hoy en la Audiencia viguesa con las declaraciones de testigos. Los 7 acusados, entre ellos un guardia civil, afrontan penas que suman en global más de 60 años de cárcel. Las defensas piden la libre absolución. La Fiscalía acusa a los procesados de compincharse para robar medio kilo de cocaína a dos arousanos, que también están acusados.

Un agente de la Policía Nacional que participó en la investigación explicó las indagaciones previas al operativo que realizaron los agentes. Además de seguimientos, hubo escuchas telefónicas. Las conversaciones eran constantes, por ejemplo entre Marino y el guardia civil. "Ahora ya nada, tiene que ser mañana, antes de las diez de la mañana", le dijo el agente al miembro de Los Morones para indicarle que el presunto plan para robar la droga debía postergarse al día siguiente. Marino en siguientes comunicaciones dio al guardia indicaciones de la ruta y el tipo de coche en el que viajaría la droga. El plan es que se simularía un control policial de la Guardia Civil para que un supuesto compinche de Marino escapase con la cocaína. El operativo del grupo Udyco de la Policía Nacional frustró el plan de los supuestos narcos. Un investigador explicó en la vista que de forma previa al despliegue policial hubo dos meses de intensas indagaciones.