"Tenía un carácter posesivo respecto a Beatriz, extremadamente controlador y violento [...] En ocasiones llegando a colocar un aparato de videograbación en la rotonda situada a 25 metros de la vivienda de la fallecida para comprobar la hora a la que pasaba ella con el coche y si iba sola. Igualmente solicitó a un conocido que introdujera algún sistema de control remoto en su móvil para controlarle los whatsapp, dónde se encontraba en cada momento y si estaba sola o con su nueva pareja, Sergio". Con estas palabra define el fiscal en su escrito de conclusiones previas a Arturo Domínguez Sebastiá, acusado de la muerte a tiros de su expareja Beatriz Rodríguez y al novio de ésta, Sergio Rodríguez en el monte de A Telleira, en julio de 2015.

El representante del Ministerio Público solicitó, tal y como avanzó ayer FARO, para este vecino de la localidad ourensana de Padrenda la pena de 46 años de prisión, 23 por cada uno de los asesinatos. En esta petición de condena concurren los agravantes de aprovechamiento de lugar y tiempo que "facilitan la impunidad del delincuente" y también la de parentesco.

El fiscal relata en su escrito que a pesar de que la joven de 30 años vecina de Vilar (Crecente) había puesto fin a su relación con Arturo Domínguez, este "insistía en reanudad la relación sentimental y la convivencia, tratando de mantener el contacto y frecuentando su lugar de trabajo". Este intento de acercamiento lo llevó a cabo, supuestamente a través de acosar a la víctima "en ocasiones escondido entre los árboles y en otras siguiédola en automóvil". De esta sospecha se hizo eco Beatriz a través de unos mensajes que se enviaron entre ella y el que era su actual pareja, Sergio Rodríguez. "Yo a ti te quiero y por eso tengo miedo. Él siempre me va a dar donde más me duele", rezaba el mensaje, según se recoge del escrito de la Fiscalía.

Este supuesto control que ejercía Domínguez no solo iba dirigido a su pareja, sino también a Sergio, al que "bien sirviéndose de amigos, bien personalmente, lo vigilaba tanto en España como en Portugal". Explica también el fiscal que el acusado llegó a manifestar en alguna ocasión que Beatriz "era para él o para nadie y que mataría a Sergio y a ella".

Una coartada en 21 horas

En cuanto a los hechos ocurridos la noche del 3 de julio, el escrito del fiscal explica que Arturo Domínguez "bien por haberlos seguido, bien por saber el lugar al que irían, acudió al lugar boscoso donde ellos estaban", las inmediaciones de un monte de A Telleria, escenario donde perdieron la vida ambos jóvenes de un tiro de escopeta. "Con el vil, egoísta, cruel e inhumano propósito de arrebatarles la vida, Arturo les disparó en la cabeza", relata el escrito. En los registros en casa del ourensano, se hallaron hasta 5 escopetas, 3 rifles y una carabina entre otras armas sin declarar. "El acusado disparó con la intención de matar [...]. A Beatriz a través del cristal de la puerta trasera del vehículo, a una distancia de metro y medio y Sergio en contacto del arma con su cabeza", sostiene el representante del Ministerio Fiscal, quien apunta que Domínguez Sebastiá se habría llevado el teléfono del hombre fallecido y tuvo "21 horas para deshacerse del arma utilizada, del móvil de Sergio y eliminar cualquier rastro que lo vinculase con los crímenes".