Tres meses después de ingresar en prisión provisional, el presunto autor del crimen de la joven ingeniera Ana Enjamio acudía ayer de nuevo al Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo. Lo hacía en un momento clave de la instrucción de la causa, con todas las pruebas policiales en poder del tribunal y con otras -como las forenses que evidencian que la víctima recibió más de 20 puñaladas- ya en una fase muy avanzada. Uno de los fines de la comparecencia era que la Fiscalía y las demás acusaciones personadas -la particular en representación de la familia de la fallecida y la popular que ejerce la Xunta- concretasen al investigado la imputación. Y el delito que le atribuyen es el de asesinato, un ilícito que está penado con entre 15 y 25 años de prisión y que implica que las acusaciones aprecian que concurriría alguna o algunas de las circunstancias agravantes inherentes al mismo. Entre las que recoge el Código Penal están la alevosía o el ensañamiento.

César Adrio Otero, de 38 años, llegó a los juzgados vigueses procedente de A Lama al filo de las diez de la mañana. En una jornada rodeada en todo momento de excepcionales medidas de seguridad para proteger la imagen y la intimidad del presunto asesino, su comparecencia en el tribunal especializado de violencia de género se prolongó durante media hora. Vestido con ropa deportiva, tanto al entrar como al salir de la sala cubrió su rostro con la capucha de la chaqueta que llevaba. Según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), en esta comparecencia, la del traslado de la imputación que recoge el artículo 25 de la Ley del Tribunal de Jurado, la Fiscalía - concretamente acudió la fiscal jefe de Vigo Susana García-Baquero- y las demás acusaciones personadas concretaron que el delito que le atribuyen es el de asesinato. El Ministerio Público pidió una nueva prueba consistente en toma de declaraciones -no trascendió a qué personas-: las demás partes se adhirieron a la solicitud y la magistrada sustituta acordó su práctica.

Tambien intervino el abogado del presunto autor del crimen, que, según las mismas fuentes del TSXG, manifestó su disconformidad con el relato de hechos, pero no pidió ni la puesta en libertad de su cliente ni el archivo de la causa contra él. La defensa también solicitó la práctica de una diligencia, pero ésta fue rechazada por la juez.

El mutismo con la prensa fue la tónica predominante entre las partes tras la comparecencia. La fiscal apeló a que, a excepción de para las partes personadas, la causa es secreta. El abogado de la acusación particular explicó que no haría ninguna manifestación por "expreso deseo de la familia" de Ana Enjamio. Mientras, la defensa, como mantuvo desde el inicio de la instrucción, declinó también hacer declaraciones.