El presunto autor del crimen de Ana Enjamio llegaba ayer a los juzgados vigueses procedente de prisión. Lo normal, como ocurre a diario con los presos que son trasladados a los tribunales, es que hubiese sido trasladado en un furgón de la Guardia Civil, pero César Adrio llegó en otro tipo de vehículo policial del mismo cuerpo, un coche con los cristales tintados, que se introdujo directamente en el garaje del edificio judicial sin que hubiese posibilidad de tomar imágenes de él.

También en el interior del inmueble en cuya cuarta planta se ubica el Juzgado de Violencia sobre la Mujer las medidas fueron excepcionales. Los medios gráficos no pudieron entrar en el edificio y hubo un mayor control policial a las puertas de esa sala en los momentos en que el investigado, custodiado por dos agentes como es habitual, entró y salió de la comparecencia judicial.