La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo condena a 4 años de prisión a José Ignacio C. M., un brigada encargado de las compras del Cuartel General del Ejército que estafó 1,1 millones de euros a empresas del grupo Coren que le suministraron alimentos. El militar revendió la mercancía en su beneficio.

La sentencia estima parcialmente el recurso de casación interpuesto por el condenado contra una primera sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid. Rebaja la pena de 5 años y 9 meses de prisión a 4 años de cárcel, por una atenuante cualificada de dilaciones indebidas. Hay otro acusado, Juan Ramón S. G., que puso en contacto al militar y las empresas y había trabajado en una mercantil dedicada al comercio de aves. Él es sentenciado a 3 años de prisión.

Ambos acusados tendrán que abonar conjunta y solidariamente a Cooperativas Orensanas SCG (la matriz Coren) un total de 99.077 euros; a Gallega de Alimentación, S.A. (Galsa), 836.424 euros; a Novafrigsa, 56.034 euros y a Industrias Frigoríficas del Louro, (Frigolouro) otros 36.542 euros. Más los intereses. El Supremo condena al Ministerio de Defensa como responsable civil subsidiario.

Su actuación ilícita, según los hechos probados, se produjo aprovechando la condición de militar, "de los medios, instalaciones alquiladas y de su titularidad, uniformes, sellos y marcas". Para el Supremo, las pruebas no dejan duda alguna de la responsabilidad de ambos, "quienes, de común acuerdo, diseñaron un plan mendaz para procurarse unas ganancias ilícitas". Se trata, según la Sala, de un plan ideado por los dos acusados, en el que, por un lado, intervenía el brigada, por el puesto que ocupaba, y, por otro, el facilitador de las relaciones con proveedores, manteniendo ambos posteriormente el engaño, a lo largo de todo el desarrollo del entramado de relaciones comerciales.

En contra de lo que sostiene el militar, que niega el fraude, la Sala de lo Penal considera que existió simulación bastante para engañar a los perjudicados. La sentencia recoge que el delito es continuado al existir una diversidad de entregas de dinero, exigidas siguiendo el plan preconcebido.