Durante tres días seguidos, entre el lunes y anteayer miércoles, un ovetense de 74 años se dedicó a meter mano a una adolescente de 16 en un autobús urbano de Oviedo. Ayer jueves fue juzgado y aceptó una multa por un delito continuado de abusos.

Los hechos ocurrieron el pasado lunes, sobre las dos y media de la tarde, cuando el hombre subió al autobús en la plaza de América de la capital asturiana y aunque había asientos libres, se sentó junto a la menor, que suele tomar todos los días esa línea. El hombre le puso primero la mano sobre la rodilla y fue subiéndola por el muslo hasta la ingle. La menor se levantó entonces para alejarse del hombre, momento que aprovechó para tocarle el culo. El martes, a la misma hora, repitió la misma jugada, aunque esta vez intentó introducir a la chica la mano entre los muslos. La menor, indignada, se zafó de él de un codazo.

La madre de la menor, testigo de los tocamientos

La adolescente avisó a la madre de lo que estaba ocurriendo, de forma que decidió acompañarla al día siguiente, miércoles. Esta vez, el hombre llegó a ponerle incluso una pierna encima para poder tocarla mejor, según la denuncia. La madre, al verlo, llamó a la Policía. "Como veía que no se movía, creí que le gustaba", aseguró a los agentes que le esperaron en la calle de Fray Ceferino.

Luego, en Comisaría, mientras prestaba declaración asistido por el letrado Fernando de Barutell, el hombre negó los hechos y dijo que sufría una depresión -de hecho dijo que iba al HUCA para que le viese un psiquiatra- por la reciente muerte de un hijo y la grave enfermedad de su mujer. Ayer jueves, en el juicio rápido celebrado en el Juzgado número 4 de Oviedo, el hombre, vecino de Santa Marina de Piedramuelle, aceptó una multa de 1.680 euros y una medida de alejamiento respecto de la menor durante ocho meses.