Tres mujeres y cuatro varones, todos ellos de nacionalidad portuguesa y española, y pertenecientes a un mismo clan familiar han sido detenidos en las últimas horas en Vigo por un delito Contra los Derechos de los Trabajadores. La investigación se inició en diciembre del pasado año cuando la Policía Judiciaria de Portugal informa que ha recibido una denuncia de un ciudadano portugués, en la cual manifestaba que en marzo del pasado año dos individuos lo le habían ofrecido un contrato de trabajo para venir a trabajar a España cobrando 600 euros mensuales.

Conjuntamente con él habían venido a España otros tres familiares además de un vecino, siendo todos ellos de poblaciones cercanas a Oporto, los cuales a su llegada fueron divididos en dos grupos, quedándose uno de éstos en la Baixada do Castelo-Bembrive y marchándose el otro al Camiño do Arieiro. Además desde el primer momento la organización estableció un férreo control sobre todos ellos, siendo vigilados y controlados de modo continuo por un miembro del clan.

Las jornadas laborales empezaban a las 6 de la mañana y duraban hasta más allá de las 10 de la noche, siendo objeto de agresiones físicas y amenazas si no cumplían con una producción mínima de palés o si intentaban huir. Para comer les facilitaban dos platos de comida al día y las pocas horas que descansaban las pasaban hacinados en una caravana que había en la propia finca, no teniendo posibilidades de bañarse ni de lavar la ropa.

Colaboración

Tal y como avanzaba la investigación los agentes comprobaron que se encontraron ante una organización criminal gestionada por un clan familiar, el cual asentaba su negocio en dos poblados de la periferia de Vigo, y que tenía a varias personas en un régimen casi de esclavitud, sin respetar ninguno de sus derechos laborales.

A raíz de ello se realizaron las inspecciones conjuntas entre funcionarios de del Grupo de UCRIF de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Comisaría de Vigo-Redondela, con Inspectores de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Pontevedra.

En ellas se comprobaron las condiciones insalubres en las que esta gente era obligada a trabajar, sin contar con un mínimo de seguridad a la hora de cortar madera o manipular pistolas de clavos, lo cual hacía un reto diario el no ser víctimas de un accidente laboral.

Por todo ello se procedió a la detención de los responsables de la organización y se los trasladó a dependencias policiales para tomarles declaración, pasando todo lo actuado a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de los de Vigo por ser quien conocía de la causa.