Los fallecimientos se produjeron como consecuencia de la elevada temperatura de las llamas y por intoxicación de monóxido de carbono debido al humo que generó el incendio posterior a la deflagración. Ésta es la principal conclusión del informe preliminar de las autopsias realizadas a los cadáveres de María José Mateo García, "Sesé," y a su expareja Emilio Fernández Castro, que fue quien supuestamente provocó la brutal explosión registrada el lunes en Chapela (Redondela) en la casa de la mujer tras manipular dos bombonas de butano y esparcir por el salón la gasolina que llevó en un bidón. La Policía Nacional, mientras, ultima las diligencias de este crimen de violencia machista, ejecutado siguiendo un plan muy preparado: entre las cuestiones que quieren cerrar ya los agentes es la de determinar en qué gasolinera se hizo el supuesto autor con el combustible -para lo que se están peinando estaciones de servicio-. También, dado que la deflagración y el incendio fueron intencionados, trabajan en la hipótesis más probable de que usase un mechero, elemento que buscan en la vivienda. Este tipo de sucesos en los que existe una fuga de gas butano a veces también se desencadenan al accionar un interruptor eléctrico, supuesto que parece improbable en este caso ya que es más propio de siniestros accidentales.

El asunto ha recaído en el Juzgado de Instrucción 2 de Redondela, de guardia el día de los hechos y que se encarga en ese partido judicial de los casos de violencia de género. La sala ya conoce las conclusiones de las autopsias practicadas a los cuerpos en el Hospital Nicolás Peña por parte de forenses de la sede viguesa del Imelga. Fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) confirmaron ayer que los informes preliminares arrojan que fallecieron "por choque térmico e intoxicación". Tras la deflagración, la expareja fue alcanzada por las llamas en el pasillo de la vivienda. Además de por el elevado calor que se generó, la muerte también les sobrevino por la intoxicación de monóxido de carbono, concretamente por el humo del fuego -y no por el gas butano, que no es tóxico salvo en casos excepcionales en los que se produzcan concentraciones muy elevadas-. El hecho de que hubiesen inhalado humo es indicador de que tras la explosión respiraron, por lo que los fallecimientos no se produjeron de forma justo instantánea tras la deflagración.

Junto a los informes preliminares de las necropsias que se entregarán al juzgado, se remitirán muestras al Instituto de Toxicología de Madrid para hacer los análisis complementarias antes de los dictámenes definitivos.

Sobre este caso que ha conmocionada a toda Chapela también habló ayer el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva. Tras confirmar igual que hicieron las necropsias que no existen indicios de ningún "otro tipo de violencia" que no sea la propia explosión, añadió que el trabajo de la Policía Nacional se está basando en realizar una "reconstrucción" de lo ocurrido el lunes. "Se está analizando los datos de la autopsia, las testificales...", afirmó al respecto de las pesquisas.

Las fuentes oficiales ya señalaban el martes que la explosión respondió a un plan en el que supuestamente Emilio Fernández lo preparó "todo": dejó al hijo pequeño que tenía en común con la víctima con sus padres con la excusa de que iba al trabajo, llamó a María José por teléfono y la esperó en la vivienda de ella, donde manipuló con un cuchillo las bombonas de butano y esparció la gasolina en el salón. La Policía calcula que estuvo unos veinte minutos aguardando por la víctima en la casa hasta que ésta entró y el hombre causó la deflagración.

Este vecino de Chapela, que tenía 47 años, fue incinerado ayer en la intimidad familiar. No hubo duelo ni se aceptaron coronas de flores. En cuanto a María José, de 50 años, no trascendió información en relación con los actos fúnebres.