Profesores, un socorrista, padres y alumnos de la facultad de Ciencias del Deporte (antiguo INEF) salvaron la vida a un niño de tres años la semana pasada. El pequeño se atragantó con un trozo de manzana cuando merendaba antes de entrar en clase de gimnasia, que se imparte en la sala de usos múltiples de la facultad, y la intervención de la comunidad educativa del centro y vinculada a las actividades extraescolares que se realizan en sus instalaciones le salvó la vida, según aseguraron después los efectivos de emergencias que atendieron al pequeño, que hoy recibirá el alta tras una semana ingresado en el hospital, durante la cual se le indujo un coma durante su recuperación.

Padres y profesores llamaron a la ambulancia y siguieron sus indicaciones y avisaron al socorrista, quien siguió el protocolo indicado para casos de atragantamiento y le realizó un masaje cardíaco, y varios alumnos ayudaron a cortar el tráfico para que pudiese entrar y salir la ambulancia, relataba ayer la responsable del club Ximnasia UDC, con el que el niño realiza la actividad extraescolar, Elena González.

La responsable de la actividad visitó ayer al pequeño en el hospital para una nueva clase de gimnasia. "Los de la ambulancia nos dijeron que fue una suerte que al niño le pasara aquí, donde se pudo montar todo ese despliegue", cuenta López. "Se encuentra bien, mañana [por hoy] le dan el alta", aseguró. "Participó mucha gente. Desde profesores o alumnos a entrenadores y el socorrista, que estaban en el recinto en aquel momento, antes de que comenzara la clase", apunta el secretario de la facultad, Luis Morenilla. El secretario explica que la ambulancia llegó en unos diez minutos desde Santa Cruz, pero después hubo que mandar otra ambulancia medicalizada pediátrica, detalla. Mientras, fue clave la intervención de todos los que arrimaron el hombro para salvar al niño.

El pequeño se atragantó con un trozo de manzana en la zona ajardinada a la entrada al recinto minutos antes de la clase de gimnasia. "Estaba con sus abuelos. Oímos unos gritos y cuando llegamos, la abuela intentaba levantarlo del suelo y el niño estaba negro. Yo fui de las primeras en llegar y llamé a la ambulancia, igual que otras personas que estaban aquí. Ayudó mucha gente y el socorrista estuvo todo el tiempo dándole masaje cardiaco", narra la madre de dos niñas que también acuden a actividades en el espacio que cede la facultad. El socorrista que atendió al pequeño, que ayer trabajaba en la piscina, declinó atender a los medios y aseguró a través de un intermediario que prefería no revivir un momento de mucha tensión para él.

Los padres del pequeño han transmitido a personal del centro y del club de gimnasia su agradecimiento. Por ahora declinan realizar declaraciones sobre lo ocurrido.