Cuatro seísmos de magnitud superior a 5 en la escala de Richter sacudieron ayer el centro de Italia, la misma zona que fue devastada por varios terremotos en 2016 y donde numerosos pueblos sufren el problema añadido de estar aislados o con problemas de acceso por la nieve. Los sismos se sintieron en las regiones del Lacio y los Abruzos y con intensidad también en Roma, donde se interrumpió el servicio de transportes durante varias horas. Medios italianos señalaban que hubo al menos un fallecido, un hombre de 83 años en Teramo.

El jefe de Protección Civil, Fabrizio Curcio, manifestaba ayer por la tarde que se estaba verificando la posible desaparición de un hombre en Campotosto, cerca del lugar del epicentro, que podría haber quedado sepultado tras un corrimiento de nieve. Informó también sobre el rescate de una madre y de su hijo con hipotermia atrapados bajo los escombros en Castiglione Messer Raimondo, en provincia de Teramo.

El primer terremoto fue de magnitud 5,1 a las 10.25 hora local (09.25 GMT) con epicentro en Montereale, Capitignano y Campotosto, todas en la provincia de L'Aquila (región de Los Abruzos), y Amatrice, en la provincia de Rieti, en el Lacio. Posteriormente se sintió el temblor más fuerte, de 5,5 a las 11.14 hora local (10.14 GMT) y, minutos más tarde, llegó otra sacudida de 5,4. El cuarto seísmo, a las 14.33 hora local (13.33 GMT), tuvo una magnitud de 5.

Ante esta situación, el Gobierno italiano envió a esta zona, en el corazón de Italia, a 100 bomberos que se suman a los 750 que ya trabajaban en estas poblaciones desde el pasado agosto, cuando un terremoto de magnitud 6 causó la muerte a 299 personas y devastó poblaciones como Amatrice. En octubre hubo nuevos temblores. Las labores se complicaron en los seísmos de ayer debido a la intensa nieve. Unas nevadas que causaron que pueblos enteros quedasen aislados, sin comunicación ni electricidad.