La Guardia Civil mantiene activa la búsqueda de los cinco individuos encapuchados que este pasado lunes por la tarde maniataron a un matrimonio de octogenarios de la parroquia de Rial, en Allariz (Ourense), para robarles 3.500 euros y una escopeta. El hombre, Ramón Rodríguez Quintana, de 84 años de edad y tratante de ganado, recibió golpes en todo el cuerpo con la insistencia de que les entregase más dinero. Antes de abandonar la vivienda los ladrones amenazaron a ambos con matarlos si avisaban al Instituto Armado. Les pidieron que esperaran media hora antes de dar aviso.

La policía científica trabajó durante toda la mañana de ayer en la casa del matrimonio de Allariz buscando pruebas que permitan dar con los autores de un robo muy violento, según Ramón Rodríguez, que ayer recordaba con todo detalle lo ocurrido. Lo abordaron a las 19.00 horas fuera de la vivienda y le golpearon con un palo en la frente que le dejó aturdido. En ese mismo momento le quitaron el dinero de la cartera, le ataron de pies y manos y lo metieron dentro. "Me tiraron en la cama y me ataron de todas las maneras, pensé que me mataban", señala. Uno de ellos iba armado con una pistola y el resto con palos. Ramón asegura que eran "grandes, de unos 50 años" y que uno en particular era "muy malo".

Bridas

A él lo cogieron tres hombres mientras otros dos ataban con bridas a la mujer abajo, en el comedor, donde le advertían que se estuviese tranquila que eso era un atraco y que tenían que colaborar. Pedían con insistencia el dinero afirmando que sabían que había dinero en la casa. No se contentaron con que Ramón les abriese la caja fuerte y les entregase las dos carteras que tenía.

"Decían que tenía que haber más dinero", apunta. La pesadilla duró casi dos horas. Durante este tiempo la mujer, de 82 años, estaba abajo y su marido, arriba. Los asaltantes revolvieron toda la casa y cuando se fueron, relata uno de los hijos del matrimonio que por la mañana sufrió una subida de tensión y tuvo que ser trasladado al CHUO, "desataron a mi madre y la amenazaron de muerte". Ella subió arriba y liberó a su marido, que saltó por la ventana y pidió ayuda a los vecinos. La mujer, Adoración Vibe, no podía contener ayer las lágrimas. Ambos no se atreven ahora a dormir en la casa y están asistidos permanentemente por la familia y por amigos.