Más de diez años de prisión y unas indemnizaciones que superan el millón y medio de euros. Esta es la pena que solicita la Fiscalía para una comercial acusada de estafar a cinco joyerías de varias provincias de la comunidad gallega para las que trabajaba. El representante del Ministerio Público le atribuye un delito continuado de apropiación indebida y otro de estafa.

Los presuntos ilícitos se cometieron en establecimientos de Vigo, Ourense y Pontevedra. Según se recoge en las conclusiones provisionales de la fiscal, la mujer se ofrecía a las joyerías como "comercial para la venta a plazos de las joyas a particulares a cambio de una comisión". Tras esta carta de presentación, los dueños de los negocios firmaban con la querellada un contrato en el que le entregaban las alhajas para que ésta las vendiera a domicilio.

En la primera de las supuestas estafas, en un céntrico local de Vigo, la acusada sí efectuaba entregas parciales por las joyas vendidas, por lo que el propietario siguió otorgándole más hasta el momento en que solo le entregó una parte de las mismas e "hizo suyo el ilícito ánimo de lucro bien de las joyas no vendidas bien del beneficio de sus ventas", apunta la fiscal en su escrito.

Mismo procedimiento realizó en los demás establecimientos y dada la "confianza" que los dueños de las joyerías depositaban en ella al recibir en un primer momento pagos por las ventas, siguieron sumisnitrándole más. A finales de octubre de 2011, fecha en la que presumiblemente transcurrieron los hechos, la acusada vendió parte del botín en un negocio de compraventa de joyas.

Los negocios solicitaron una indemnización de más de 1,7 millones de euros.