Un correo presuntamente enviado por la propia Diana Quer, el hallazgo de su móvil y muchas, muchas incógnitas. En estos tres puntos se pueden resumir los cuatro meses de la desaparición de la joven madrileña tras acudir a una fiesta en el municipio de A Pobra do Caramiñal, lugar donde veraneaba con su madre y hermana en agosto.
La investigación sigue con todas sus líneas abiertas, tanto la marcha forzosa como la huida voluntaria y los esfuerzos de los agentes continúan volcados en la triangulación y señales emitidas por los repetidores de telefonía de Taragoña. Su móvil fue presumiblemente arrojado desde el puente de esta parroquia a la ría de Arousa. Precisamente fue en el puerto de esta parroquia donde varios testigos situaban a la joven la joven minutos antes de su desaparición. En sus declaraciones manifestaban que observaron cómo Diana se bajó de un coche para subirse a otro de grandes dimensiones que la estaba esperando. Con el caso casi bloqueado durante semanas, el colectivo SOS Desaparecidos recibió, a principios de diciembre, un correo firmado a la propia Diana que rezaba "Hola. Estoy bien necesito estar un tiempo fuera de España. Saludos, Diana Quer". La familia de la joven, en especial la rama materna, rechazó que fuera la propia joven la que escribiera el mensaje, ya que no era su modo de expresarse.
Se trata de un caso "complejo", tal y como afirmaba este miércoles el Delegado del Gobierno en Galicia y cuyo desenlace no parece estar próximo a ver la luz.