Casi 24 horas de trabajo necesitaron los bomberos para sofocar el incendio que destruyó por completo las naves de la empresa Acteco en el polígono de Sabón. En el lugar aún permanecían restos humeantes de la factoría, pero los responsables del dispositivo descartaron penetrar entre los escombros ante el riesgo de que se desplomaran al considerar imposible que las llamas se propagasen.

Las labores de extinción se desarrollaron durante toda la noche para evitar que se extendieran al resto de la factoría, así como a otras próximas por la acción del viento, que sin embargo fue favorable. El fuego afectó sin embargo a los habitantes de Oseiro y Pastoriza por la interrupción del suministro eléctrico, ya que durante el incendio se quemó una línea de alta tensión.

El vertido de una gran cantidad de agua sobre el material quemado en las instalaciones de la empresa hizo temer que ese líquido contaminado llegase al embalse de Sabón, a tan solo unos metros de distancia, por lo que el Concello de Arteixo reclamó la presencia de empresa especializada que se encargó de succionar el líquido.

La acumulación de toneladas de cartón, telas y perchas de plástico, procedentes en su mayoría de la actividad de Inditex, dificultó notablemente el trabajo de los bomberos, quienes con las primeras luces del día utilizaron dos palas excavadoras para remover ese material, de forma que se pudiera verter agua sobre la parte que aún permanecía en combustión.

Las llamas destruyeron también un camión tráiler de la compañía y el remolque de otro que se encontraba sin la cabeza tractora, sin afectar a la zona de oficinas de la empresa. Jorge Ramis, gerente de Acteco, confirmó ayer que la destrucción de las instalaciones fue total, pero que la empresa comenzará hoy mismo la búsqueda de una nave para alquilarla y reiniciar de inmediato la actividad, mientras se reconstruyen las naves arrasadas por el fuego, en las que trabajaban 49 personas.

Personal de la empresa se acercó al lugar desde el primer momento para presenciar el incendio, lo que generó algún instante de nerviosismo, como el de un trabajador que quiso lanzarse al mar, según comentó el primer teniente de alcalde de Arteixo, José María Sánchez, quien detalló que tuvo que recibir un calmante en una ambulancia porque estaba "desesperado total".

Repsol acudió el sábado con una bomba Hytrans, que hizo posible extraer agua del embalse del polígono para alimentar a los camiones de bomberos que intervenían en la extinción. El personal de la refinería aportó también un camión bomba, otro logístico y uno con dos cañones de agua de gran caudal.