Dos años de prisión y prohibición de comunicarse o acercarse a menos de 200 metros de las dos víctimas durante los próximos tres años. Esta la pena impuesta a un vigués por manosear y realizar tocamientos a dos jóvenes mientras circulaba en su motocicleta. La titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo ha condenado al varón por dos delitos de abusos sexuales, penado cada uno con un año de prisión. También deberá indemnizar a las mujeres con 1.200 euros en total en concepto de daños morales.

La magistrada aplicó al condenado la atenuante de anomalía psíquica si bien en el informe de la médico forense se considera que sus capacidades tanto volitivas como intelectivas "se hallan íntegras", tal y como se extrae de la sentencia emitida por el tribunal vigués-

En el mismo escrito, la juez sostiene el carácter "libidinoso" del condenado, quien "actuó para satisfacer sus deseos y apetencias sexuales sin el consentimiento de la víctima". Inicialmente, la acusación sobre el hombre también incluía un delito de agresión asexual y robo con violencia al ser identificado por una menor como el responsable de haberla abordado en un ascensor, intentarle bajar el pantalón y llevarse su móvil. La juez lo absuelve de estos cargos iniciales al "no quedar debidamente acreditado que el acusado fuera la persona que abordó a la menor".

Reconocieron al varón

Con respecto a las versiones de las otras dos mujeres, la titular del tribunal vigués sí otorga credibilidad al no concurrir "ni un solo motivo que permita apreciar la existencia de un móvil o de un interés en las perjudicadas para sostener la grave imputación". Las dos víctimas reconocieron al condenado como autor de los hechos tanto en la fase de instrucción como en el acto de la vista. El primero de los hechos delictivos tuvo lugar en abril de 2015. El condenado, que responde a las iniciales P.M.R. se cruzó con su ciclomotor a una de las víctimas que se encontraba en la acera de la Avenida de Fragoso. Detuvo su vehículo frente a la joven y lo tocó un pecho, intentando tocarle otro que no consigue al darle la perjudicada un manotazo.

En julio de 2015, valiéndose del mismo ciclomotor y "actuando con la misma intención", se cruzó con la otro víctima en la acera de la calle Do Carme y le tocó un pecho dándose después a la fuga. La magistrada sostiene que estos hechos son constitutivos de dos delitos de abusos sexuales penados, en este caso, con un años de prisión por cada uno de ellos y la consiguiente prohibición de comunicación y acercamiento a menos de 200 metros de las víctimas en los próximos tres años.