Los médicos del hospital vigués Álvaro Cunqueiro decidieron ayer prolongar el estado de coma inducido en la que se encuentra el niño que siete años que el pasado lunes se precipitó desde una pasarela en Vigo. Desde su ingreso en la UCI pediátrica, los facultativos preveían despertar al pequeño ayer para conocer el alcance de las lesiones sufridas tras la grave caída desde una altura de unos 10 metros. Pero ante el delicado estado en el que se encuentra, optaron por continuar con el estado de coma inducido por el bien del menor.

Desde un primer momento, su reposo, observación y mantener sus constantes vitales son las máximas que persiguen los sanitarios del complejo vigués ante el estado que presenta el pequeño, que continúa siendo grave. El menor fue atendido por una unidad del 061 en el mismo punto del accidente, en el entorno de Beiramar. Cuando los sanitarios llegaron, el menor se encontraba inconsciente pero con constantes vitales, por lo que ultimaron su inminente ingreso en la UCI pediátrica del centro médico de Beade.

Los hechos se remontan a este pasado lunes, cuando madre e hijo se encontraban disfrutando de una jornada lúdica nocturna con motivo de la celebración de Samaín. El pequeño, que iba disfrazado como todos los demás niños, estaba jugando en la pasarela que une el barrio del Casco Vello con el Centro Comercial A Laxe, de una altura cercana a los diez metros. Según explicaron fuentes policiales, el niños de siete años se aupó a una de las barandillas del puente, que cuenta con casi medio metro de ancho y se dispuso a caminar por ellas, pudiendo tropezar con un extremo del disfraz y precipitarse a la calle Cánovas del Castillo, vial de cuatro carriles y por el que discurrían vehículos en el momento de lo hechos.

Accidente

Al lugar del suceso se trasladó una ambulancia medicalizada del 061 y una unidad de la Policía Nacional de Vigo. Al tratarse de lesiones en un menor, la policía tuvo la obligación de abrir un atestado, sin embargo afirman que al tratarse de una caída accidental no tienen previsión de atribuir responsabilidades a nadie. Tras una medición y repaso de la zona, los agentes señalaron además que no se trata de un espacio "peligroso", argumentando que diariamente son decenas los jóvenes que acuden hasta el recinto comercial.

En el momento del suceso, ocurrido sobre las 21.30 horas de la noche, el entorno de Beiramar y A Pedra se encontraba lleno de gente debido a las múltiples actividades programadas para la festividad del 1 de noviembre.