Carlos Inácio Pinto, el millonario portugués de 56 años investigado por presuntamente intentar matar a su joven esposa con una maza en la habitación de un céntrico hotel de Vigo en mayo, continuará en prisión provisional. Tras rechazar ya inicialmente su excarcelación el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de la urbe olívica que instruye el caso, la defensa recurrió esta decisión ante la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Y esta sala también deniega la libertad. Este ciudadano luso, que en la actualidad según él mismo ha manifestado está arruinado, seguirá así en el penal de A Lama, donde permanece desde hace más de cuatro meses.

Varios son los motivos que argumenta la sala para confirmar la medida privativa de libertad. El primero es que, si bien hay versiones contradictorias sobre los hechos, ve más consistencia en la de la mujer debido a las lesiones que presentaba. Los magistrados también ven riesgo de fuga, ya que el hombre, con residencia en la zona de Oporto, no tiene arraigo en Vigo. Y creen que podría interferir en la investigación judicial, algo que sustentan en unas cartas que envió desde prisión a amigos comunes del matrimonio para pedir que intermediasen. Sobre los problemas médicos de Carlos Inácio -el día de la agresión sufrió un infarto que lo tuvo varias jornadas hospitalizado-, la sección dice que nada impide que reciba los cuidados adecuados en la cárcel.

La defensa mostraba ayer su disconformidad con el hecho de que, frente la medida impuesta a su cliente, con respecto a la joven, que a su vez fue denunciada por el hombre, no se adoptó ninguna medida.