"En una investigación por una desaparición un teléfono móvil, incluso apagado, tiene gran valor; ¿quién nos dice que en cualquier momento no se va a encender?". Las palabras de un experto en la materia evidencian lo valioso que resultan los terminales móviles en indagaciones de este tipo. El rastreo del teléfono de Diana Quer apuntaría a que esa noche se subió a un coche, por la velocidad de su recorrido en relación con los repetidores. "Cuando enciendes un teléfono te estás conectando a través de una antena repetidora. Y la antena sabe dónde estás. No el lugar exacto, porque no es un GPS. Pero sí la zona", señalan varias fuentes consultadas, que explican que esos datos quedan registrados en la compañía, que tienen la obligación legal de conservar durante un tiempo cierto tipo de información -especificada en la ley- y proporcionarla previa autorización judicial si se precisa para investigar un delito.

El teléfono es de gran importancia en unas pesquisas aunque no se tenga físicamente -como sucede en el caso de Diana Quer-. Si los agentes cuentan con la terminal entre sus manos, el valor es mucho mayor. "Se pueden recuperar whatsapps, mensajes..., casi de todo", señalan. Y por ejemplo sobre el posicionamiento de una persona, no sólo el propio teléfono puede delatar dónde está. "Cuando te conectas a una red social como Facebook también te estás posicionando", explican.