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"Tenía miedo de subir sola a casa", dicen las amigas de Diana Quer

La incertidumbre sobre el paradero de la joven hace mella en su entorno y asombra a los vecinos

Amanda y Andrea, amigas de Diana Quer y de su hermana Valeria. // Noé Parga

Diana Quer ya estaría hoy de regreso en Madrid si no hubiera desaparecido. La familia tenía previsto volver a su rutina a finales de agosto y uno de los planes de la joven de 18 años era presentarse al examen teórico del carné de conducir. El misterio que envuelve a su desaparición no solo está afectando a la familia sino también al entorno más próximo de Diana Quer en A Pobra. Amanda y Andrea son dos las amigas con las que, desde hace 7 años, comparte veraneo en el municipio barbanzano. Estuvieron con ella la noche en la que se le perdió la pista en la fiesta del Carme dos Pincheiros, aunque "nosotras nos fuimos antes". Desde entonces sus vacaciones se han visto invadidas por la incertidumbre y por la "preocupación" de no saber qué le ha pasado a su amiga. "Aún no asimilamos que haya desaparecido, es muy raro", comentan. "No sabemos si llegó a subir a casa y, como el camino es muy oscuro, la cogió alguien en un coche y se la llevó... O a lo mejor está bien". Intentan pensar en la mejor de las opciones y no caer en el pesimismo, sobre todo porque una de sus misiones ahora es animar a Valeria, la hermana menor de Diana, a la que visitan continuamente. "Estamos con ella todos los días, por dentro está muy mal", comentan. A Diana la definen como "extrovertida" y "muy echada para delante para todo", aunque, matizan, "tenía miedo de subir sola a casa". Sus días de vacaciones en A Pobra fueron muy semejantes a los de cualquier otro veraneante. "Íbamos a la playa y por la noche bajábamos al pueblo todas las amigas a una cafetería, al parque o a la fiesta". Los vecinos, aunque muchos prefieren "no hacer ruido", tratan de ponerse en la "situación dramática" y "muy difícil" por la que atraviesa la familia. "Que hablen los padres", prefieren.

A la urbanización de Cabío-O Xobre en la que se centra estos días toda la atención en A Pobra, acudieron ayer María Jesús Barreiro y su marido. Residen en Boiro, aunque son naturales de Santiago y León, y hace nueve años perdieron a un hijo en un accidente de tráfico. "Nos lo mataron a 200 por hora y me afectan todos los casos de desapariciones porque sé lo que es perder a un hijo. Pienso en Diana, en como estará, si le estarán haciendo daño, si tendrá frío...", apunta compungida y deseando "que no le pase nada a la niña". Un poco más apartados del foco, aunque en el mismo lugar de Cabío, la familia Santos elucubra sobre el paradero de Diana. A pesar de los pocos metros que los separan no conocen a la joven y solo la han visto en fotografías ya desaparecida. Manuel Santos, su esposa y su hijo defienden la tranquilidad de su lugar de residencia. "Aquí nunca pasó nada hasta ahora, ni nunca hubo problemas. No es un sitio conflictivo, al contrario, muy tranquilo. Es un misterio lo que le pasó" a Diana. Apuntan, además, que mucha gente realiza a pie el mismo recorrido que se supone que hizo la joven la noche de su desaparición, de ahí que estén "sorprendidos" ante lo sucedido. El alcalde, Xosé Lois Piñeiro, también defiende que A Pobra es un a villa con "baja delincuencia" y espera que este suceso no empañe su imagen. "Es algo circunstancial", dice.

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