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Alberto Rodríguez: "Lo primero que hicimos fue coger a nuestros hijos y ponernos a salvo"

Alberto Rodríguez, en Roma. // FdV

"Normalmente no esperas que un terremoto te despierte en mitad de la noche. Pasamos mucho miedo porque rápidamente nos acordamos del seísmo de L'Aquila del año 2009", señala Alberto Rodríguez, un coruñés afincado en Roma y que vivió en sus carnes el terremoto que ayer asoló el centro del país italiano.

"Pese a estar a más de 200 kilómetros del epicentro, en Roma se notó fuerte. Cayeron numerosos objetos de nuestra casa y mi familia y yo corrimos a protegernos en un cobertizo que tenemos", relata el gallego.

"En lo primero que piensas es en tus hijos, en ponerlos a salvo. Actúas de manera irracional por ellos, pero por suerte en Roma no hubo muchos daños y todos estamos bien", señala el joven turoperador, que seguía preocupado por algunos familiares de su mujer, que viven mucho más cerca de la zona del epicentro del terremoto.

Nos preocupamos mucho por ellos porque viven en Ascoli, a apenas 50 kilómetros de Amatrice, donde se registraron los mayores daños. Por suerte, también están bien", comenta.

El joven gallego cree que un terremoto de esta magnitud estaba destinado a suceder en la zona de Amatrice "porque se da la confluencia de dos placas y el terreno es débil".

Sobre los daños causados en su vivienda, Alberto Rodríguez no le da mayor importancia. "Tenemos algunas cosas rotas, pero lo importante es que todos estamos bien", asegura.

Pese a no ser el primer seísmo que vive en sus carnes, el turoperador gallego manifiesta que es imposible acostumbrarse a estos sucesos. "El susto que te llevas es monumental. Esperemos que tardemos muchos años en vivir otra experiencia similar, porque la angustia que pasas es aterradora", señala.

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