El hombre que permaneció atrincherado durante doce horas en su vivienda del barrio ourensano de As Lagoas fue trasladado en la madrugada de ayer al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) tras dispararse de forma fortuita con el arma con la que amenazó con quitarse la vida.

Una discusión con su pareja, por celos, pudo ser el detonante que movió a este hombre en su vivienda de la calle Bernardo Cachamuiña a permanecer durante todo ese tiempo con una carabina en la boca y el dedo pulgar en el gatillo, al advertir primero a su hijo, fruto de un anterior matrimonio, y luego a sus familiares que iba a quitarse la vida.

El hombre, que ronda los 60 años y es funcionario de profesion regresó de Pontevedra tras discutir con su novia, -con la que al parecer llevaba poco más de un mes- y se arrinconó entre la pared y la cama de uno de los dormitorios a primera hora de la tarde del lunes, y así lo encontraron a las 3.30 de la madrugada del martes los agentes que entraron en la vivienda, después de que el hombre, fruto al parecer del cansancio de tantas horas, se le disparara el arma de forma involuntaria provocándole una herida leve en el rostro.

El suceso mantuvo en vilo a los residentes en esa calle de la zona de As Lagoas, próxima al campus de Ourense, tan pronto se tuvo conocimiento de que había un hombre armado atrincherado en su vivienda. A las 15.50 horas del lunes, la sala del 091 recibía una llamada telefónica de un joven que afirmaba que su padre estaba encerrado en su vivienda con la intención de suicidarse, ya que mantenía el extremo del cañón de una carabina del calibre 22 introducido en la boca y un dedo en el gatillo.

Los agentes desplazados constataron que había riesgo de que cualquier paso en falso para entrar por la fuerza en la vivienda podría desencadenar una respuesta violenta, y por ello se estableció un amplio dispisitivo que incluyó un equipo de negociadores procedentes la Comisaría Local de Vigo-Redondela y el Grupo Operativo Especial (GOE) de la Jefatura Superior de Galicia.