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Los viajeros llegan a la estación viguesa: "Pensé que sería mucho más grave"

El autobús llegó, finalmente, a Vigo a las 18.00 horas, cinco más tarde de lo pronosticado, ya que antes de lo ocurrido estaba previsto que el autocar llegase a su destino alrededor de la una del mediodía.

Desde que se desencadenó el aparatoso accidente, a las 8.35 horas, hasta que de nuevo pusieron rumbo a la ciudad olívica, pasaron casi cuatro horas, tal y como relata uno de los testigos.

"Nos llevaron a un pueblo cercano aproximadamente a las nueve, poco después del choque. Allí tuvimos que estar esperando hasta las doce", cuenta Helena. "En aquel momento, no sabíamos si iba a venir a buscarnos otro autobús, si nos iríamos en taxi... no sabíamos nada", añade.

Un total de seis pasajeros se bajaron del autobús en la estación de Vigo, previo paso por Ourense, en un coche de la misma compañía. Sin embargo, no todos se encontraban en condiciones de informar sobre lo sucedido. Y es que a muchos, el infortunio les pilló adormecidos.

"Estaba medio dormida y escuché un golpe muy fuerte", explica Helena, que venía situada en el asiento número 5, en la parte delantera del vehículo. Por su parte, Ana y Jonny, de 49 y 17 años, instalados en la zona trasera, se encontraban también durmiendo y escuchando música respectivamente.

"De repente, me desperté y no había cristal en el lado del coche en el que yo estaba... tenía una molestia en el lado derecho de la cabeza, como una especie de onda expansiva del golpe", agrega Helena.

A esta joven de 20 años, que se subió al bus en la estación de Logroño, tras hacerle una visita a su pareja, la esperaban unos padres impacientes, quienes se fundieron en un abrazo al reencontrarse con su hija.

"En principio teníamos pensado ir a recogerla a Pontevedra, porque somos de Sanxenxo, pero le hemos dicho que se bajase ya en Vigo", afirman los progenitores, quienes recibieron la llamada de su hija pocos minutos después de que todo pasara.

"Nos llamó a eso de las nueve de la mañana, nos contó lo que había pasado y que estaba bien", explican. A pesar de tratarse de unas palabras apaciguadoras, ambos afirman haber sufrido nervios durante toda la mañana.

"El autobús estaba parado y gente mayor de pié diciendo '¿qué está pasando?' y '¿dónde está el conductor?'. Poco después, los vi reventando la puerta del chófer a golpes para que pudiera salir y en cuestión de minutos llegaron los bomberos", confiesa. "En aquel momento, había mucha preocupación por el conductor. Ahora ya nos han dicho que se encontraba fuera de peligro", añade el vigués Jonny.

"Hicimos una piña muy grande, en seguida unos nos ayudamos los unos a los otros. Por ejemplo, yo vine acompañada durante todo el viaje por un chico de Pontevedra que no conocía", continúa explicando Helena, porque "en mi caso, empecé a tener mucha ansiedad".

En voz de Jonny, que estaba despierto en el acto, "sentí un 'volantazo' y a continuación un fuerte golpe. El bus salió de la carretera y volvió a entrar. Después la gente empezó a gritar".

"Hubo un momento en el que parecía que el bus iba a volcar... había gente mayor, gente herida... llegué a pensar que podía haber sido mucho más grave", asegura la sanxenxina.

Diez minutos más tarde de la colisión, comenzaron a llegar progesivamente los efectivos de la Guardia Civil y la Policía y a continuación los servicios médicos.

"Me duele todo, me di contra el asiento delantero", describe la madre de Jonny, Ana, cansada del viaje mientras enseña las partes doloridas y el vendaje de su pierna izquierda.

"Las asistencias nos atendieron muy bien. Allí nos informaron del problema que había tenido el tractor con los frenos y que no había pasado la ITV", puntualiza el adolescente de 17 años.

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