Al menos tres policías resultaron muertos y otros tres heridos después de un individuo que también falleció, les disparase ayer en la ciudad estadounidense de Baton Rouge, en Luisiana, durante una aparente emboscada, según las autoridades. El autor de estos hechos fue identificado como un exmarine de Kansas City (Misuri), que ayer mismo cumplía 29 años.

El tiroteo se produjo algo más de una semana después del asesinato de cinco policías blancos en Dallas (Texas) durante una protesta contra dos casos de violencia policial con tintes racistas, uno de ellos registrado precisamente en Baton Rouge. El portavoz de la Oficina del Sheriff de Baton Rouge, el sargento Don Coppola, informó de que el atacante murió en el tiroteo. Al principio se habló de que había otros que podían estar huidos, un hecho que fue desmentido por la policía.

El tiroteo se produjo hacia las 9 de la mañana, hora local, en las inmediaciones de la comisaría de Policía de la ciudad, informó el alcalde Melvin Holden. Fuentes de la investigación aseguraron a la cadena de televisión CNN que los agentes habían recibido previamente una llamada que advertía de la presencia de "un individuo sospechoso armado con un fusil de asalto caminando por la carretera Airline", que pasa frente al cuartel policial.

A la llegada de los agentes, todos ellos adscritos al Departamento de Policía de Baton Rouge y a la Oficina del Sheriff del distrito este de la ciudad, comenzó el tiroteo, en lo que parecía una emboscada a los uniformados, según las autoridades. Las imágenes difundidas por las cadenas de televisión locales mostraron a la policía acordonando la zona y a unidades de fuerzas especiales (SWAT) acudiendo al lugar del tiroteo.

Según las autoridades, los tres policías heridos, cuyas identidades no fueron divulgadas al igual que la de los agentes fallecidos, fueron hospitalizados en centros médicos de la ciudad y su estado ayer era crítico. En un principio, el alcalde de Baton Rouge llegó a asegurar que los agentes heridos podían ascender a entre "cuatro o siete".

El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, calificó de "totalmente injustificado" el ataque, que se produce en un momento especialmente tenso en la ciudad después de que en los últimos días se registrasen protestas por la muerte de una persona de raza negra a manos de la Policía durante una detención grabada en vídeo. "Es un ataque indescriptible e injustificado contra todos nosotros que se produce en un momento en el que necesitamos unidad y restañar heridas", dijo.

El pasado viernes tenía lugar en Baton Rouge un multitudinario entierro para despedir a Alton Sterling, un afroamericano de 37 años que se dedicaba a vender cedés frente a un comercio y al que dos policía blancos le dispararon a quemarropa cuando ya lo tenían inmovilizado en el suelo durante su detención detenerlo.

Su muerte y la del afroamericano Philando Castile en Minesota, dos días después, también a manos de la Policía tras ser detenido en su vehículo por una infracción de tránsito, reactivó las tensiones raciales en el país y provocó una ola de protestas lideradas por el movimiento "black live matters" (las vidas de los negros importan).

Ambos incidentes, que han sido enmarcados por los activistas negros en una ola de violencia policial contra los afroamericanos, fueron registrados en vídeos y posteriormente divulgados por las redes sociales y medios de comunicación, lo que generó indignación.