El 2 de mayo los bomberos de Vigo retiraban el primer nido de avispas asiáticas de este 2016. Desde entonces, la labor fue poco a poco aumentando y en la actualidad ya hacen de media entre tres y cuatro intervenciones de esta índole semanales. "Con el buen tiempo sube el número de nidos y son también de mayor tamaño", explica Rafael Moledo, suboficial de los bomberos.

La problemática con la avispa velutina derivó en un protocolo de actuación. Tras recibirse la alerta, la Policía Local acude al lugar para certificar que se trata de esta especie, poniendo a modo de advertencia pegatinas para que los ciudadanos no se aproximen al nido. Los bomberos, que disponen de trajes específicos, van de día a comprobar y preparar si es preciso la zona. La retirada, salvo casos de riesgo como que el avispero esté en un parque infantil, la hacen ya de noche. Tras rociar las avispas con un spray especial para matarlas, introducen el nido en una bolsa plástica y lo mantienen congelado durante al menos cuatro días. Sólo entonces es cuando se pueden deshacer de él, con todas las garantías de seguridad, como si de cualquier otro residuo urbano se tratase.