Este julio, junto a agosto y septiembre, son los meses de más riesgo sanitario en relación con las picaduras de avispas y abejas. El viernes falleció en Vigo un hombre de 59 años atacado por avispas cuando hacía labores de desbroce en una finca en Candeán, misma jornada en la que una joven de 34 años fue evacuada en helicóptero desde las Islas Cíes hasta el Hospital Álvaro Cunqueiro por una reacción alérgica. Y ayer, en el servicio de Urgencias de este centro sanitario, dos personas permanecían ingresadas, ya estabilizadas, debido a que desarrollaron una respuestas anafiláctica grave a estos insectos de la familia de los himenópteros. Con este escenario, frente a lo que se podría creer, que la temida avispa asiática, la Vespa velutina, es la más agresiva, los Especialistas en Alergia lanzan una advertencia. "Las avispas asiáticas no son más peligrosas ni sus picaduras son más frecuentes que en el caso de las normales; no hay que minimizar el riesgo de las avispas pequeñas tradicionales, las de los géneros que se conocen como Véspula o Polistes; son más numerosas, se acercan a nuestras mesas con comida, comen la fruta cuando empieza a madurar o hacen nidos en partes de nuestras casas, por lo que corremos mucho riesgo de ser picados por ellas; ese es el problema más serio que tenemos", asevera Luis Arenas Villarroel, alergólogo del Servicio de Alergología del Complejo Hospitalario de Vigo.
¿Cómo pueden unas picaduras de avispas causar el fallecimiento de una persona? La respuesta es prácticamente unánime cuando se le plantea a los especialistas. "En el 99% de los casos es porque hay una alergia; son personas que ya habían sido picadas previamente, volviéndose alérgicas, pero esa situación previa o les pasó desapercibida o no le dieron importancia", afirman. A Juan Rodríguez González, el hombre fallecido esta semana en Vigo, se le realizó ayer la autopsia en el Hospital Nicolás Peña de Vigo. Aunque no trascendió el informe preliminar -y habrá que esperar por el definitivo que se suele complementar con los resultados de los análisis de muestras que se envían a Madrid-, expertos dicen que en casos así, además del reconocimiento del cuerpo y la necropsia, resulta clave para demostrar una reacción anafiláctica la realización de análisis de sangre, en el que los niveles de IgE Específica a las proteínas del veneno y triptasa son los más representativos, sin dejar de descartar que haya otras patologías.
Desde un punto de vista sanitario, no es extraño que las picaduras de avispas o abejas provoquen inflamaciones locales normales en numerosas personas. ¿Cuándo hay qué preocuparse? ¿Qué signos son indicativos de una alergia? "Cuando una persona tiene reacciones inflamatorias locales grandes [de más de 10 o 20 centímetros de diámetro alrededor de la picadura] y siempre que haya presentado alguna reacción general, aunque sólo haya sido cutánea, eso nos hace sospechar que puede haber desarrollado una respuesta alérgica con elaboración de anticuerpos específicos frente a las proteínas que tienen los venenos de estos insectos", explica Arenas.
En estos casos, advierte el especialista, el afectado debe ser remitidos a un alergólogo para su estudio y diagnóstico. Confirmada la alergia, existe un tratamiento con vacunas elaboradas con el propio veneno de avispas o abejas. En el Servicio de Alergología del área sanitaria de Vigo se están vacunando a día de hoy unas 260 personas por este motivo. Y para estas personas resulta también clave el botiquín de emergencia, que consta de adrenalina autoinyectable, antihistamínicos y corticoides. Luis Arenas pone el acento en la adrenalina: "Es el medicamento clave; el que puede salvar la vida al paciente que sufre una reacción de este tipo".
Grave
Porque el problema es serio. La consecuencia más grave de una picadura es la anafilaxia. Eso ocurre cuando además de los síntomas cutáneos: picor en palmas, plantas o generalizado, enrojecimiento, aparición de ronchas o inflamación, el afectado presenta sintomatología en otros aparatos u órganos: en el aparato respiratorio, con dificultad para respirar y sensación de opresión torácica; en el digestivo, con náuseas, vómitos-diarrea o dolor abdominal; y en el cardiovascular, con bajada de tensión, visión nublada, desvanecimiento o pérdida de conocimiento. El desenlace, sin un botiquín de emergencia a mano o sin asistencia sanitaria rápida, puede resultar fatal.
Y en el verano es cuando más hay que extremar la alerta. La población de insectos crece. Los alergólogos explican que las avispas comunes suelen acercarse a los lugares donde por ejemplo "se hace o se comparte comida" o "se maneja fruta u hortalizas". Labores como la que realizaba el fallecido esta semana en Vigo, de limpieza de fincas, también son, dicen, "situaciones de riesgo considerable". "Las avispas del género de la Véspula o los abejorros hacen los nidos en el suelo;_si uno se acerca demasiado o con la máquina desbrozadora roza la entrada del nido, salen los insectos a defenderlo atacando a la persona que está allí", concluye Arenas.
Además en el servicio de Alergología de Vigo, se pueden identificar las especias más importantes de himenópteros, por lo que si un paciente es picado por un himenóptero (abeja, abajorros, avispas de diferentes especies) y mata al insecto, si lo introduce en un frasco con alcohol, cuando vaya a la consulta para estudiar su problema, puede llevarlo para su correcta identificación.
