Un guardia civil que estaba fuera de servicio y recuperándose de una lesión, L. R. L., rescató a un hombre que se había arrojado al río Lérez el jueves a la altura de la urbanización de Tafisa y que tenía serios problemas para mantenerse a flote.

El agente explica que estaba en el paseo del río Lérez enseñando a su hijo a andar en bici. Fue entonces cuando se encontró con este joven que padece una discapacidad física y que, a primera vista, permite observar que podría tener serias dificultades para nadar. Además, todo hace indicar que podría haber consumido alcohol. Tras arrojarse el joven, el guardia civil se lanzó al agua vestido. "Estaba boca abajo, braceaba y se lo llevaba el río", cuenta. Afortunadamente, explica, pudo alcanzarlo a nado y llevarlo a la orilla.