El expárroco de la localidad mallorquina de Can Picafort, Pere B.R., de 64 años, admitió ayer ante el tribunal de la Audiencia de Palma haber abusado sexualmente y violado de manera continuada a una monaguilla desde que la niña tenía 10 años, por lo que aceptó la pena de 6 años de cárcel. Tampoco podrá acercarse a menos de 500 metros de la víctima ni comunicarse con ella durante al menos cinco años.

El acusado, primer expulsado de la Iglesia en España en 2013 antes de un juicio por pederastia, reconoció por primera vez desde el inicio de la investigación los hechos y aseguró estar "arrepentido" de los mismos. "Le deseo lo mejor a esa señora y a su familia, le deseo lo mejor, nunca he tenido rabia de ningún tipo, al contrario, les deseo de ahora y para siempre lo mejor", afirmó ante el tribunal.

El exsacerdote relató como en un primer momento, "con ánimo libidinoso, sentaba a la niña que entonces tenía 10 años en sus piernas y le tocaba el pecho por encima de la ropa". Cuando la llevaba en coche a su casa, la obligó a practicarle sexo oral hasta 20 veces. La víctima relató también durante el juicio como sucedieron los hechos. "Un día estábamos en la parroquia, empezó a poner diapositivas de cuando estuvo en Burundi. Había varios niños alrededor, sentados en el suelo, pero a mí me sentó encima de él y allí fue cuando empezaron los tocamientos". Posteriormente, en el año 98 empezaron las violaciones "en más de 10 o 12 ocasiones". "Él me forzaba en su casa, en la parroquia", narró entre lágrimas la víctima, quien actualmente tiene 29 años de edad.

Cuando hace años se investigaron los hechos, la menor lo negó a instancias del excura. "Me convenció para que yo, cuando tenía que ir a declarar cuando era pequeña, a todo dijera que no, que todo era mentira", explicó. Finalmente denunció los hechos en noviembre de 2013, unos meses después de contárselo a su hermana mayor y a su padre, a raíz de haber visto un documental sobre niños víctimas de abusos. "Lo solté porque ya no podía más y lo solté", detalló la joven durante el juicio.

En el escrito provisional de acusación se solicitaban un total de 42 años de prisión por numerosos delitos de abusos y agresión, pero, ante la dificultad de precisar las fechas de cada episodio, la acusación ha limitado la petición de condena a 12 años, que finalmente ha sido rebajada a 6 años por las atenuantes.