Muchas actuaciones policiales salvan vidas. Una de ellas fue la que se produjo hace dos semanas en Coruxo (Vigo), cuando varios policías nacionales y bomberos rescataron a un hombre que se había colgado con la intención de quitarse la vida. Cuando lograron cortar la cuerda ya estaba inconsciente, pero in extremis, tras cinco intensos minutos de maniobras de reanimación, la víctima volvió en sí. Este operativo se une a otros en los que la intervención policial resultó clave para evitar suicidios, como el de mayo en Pontevedra cuando dos agentes nacionales agarraron en el último instante y salvaron a una joven que pretendía tirarse a la ría desde el puente de A Barca.

El caso de Coruxo fue el 14 de junio. La novia del hombre alertó con una llamada telefónica al 091: su pareja se había encerrado en un garaje, bloqueando la entrada con un candado, con el propósito de ahorcarse. Dos patrullas, con dos policías nacionales cada una, se dirigieron allí dejando sus vehículos a 200 metros del punto, ya que el hombre amenazaba a gritos con ahorcarse si veía una policía o una ambulancia. Se acercaron sigilosamente, pero aún así el hombre acabó colgándose, como comprobó un efectivo por un ventanuco del garaje. A lo lejos se oían sirenas de los bomberos.

A partir de ahí todo fue muy rápido. Policías y bomberos, con una cizalla neumática, forzaron el portalón de entrada. Uno tras otro entraron por un pequeño hueco hasta siete efectivos. El primer agente en hacerlo cogió en peso el cuerpo del herido al tiempo que con una navaja intentaba cortar la cuerda, pero la corpulencia de la víctima se lo impedía. Un bombero consiguió finalmente cortar la soga. Tras la reanimación, el hombre volvió en si, aunque reaccionó de forma violenta. Tras llegar el 061, lo trasladaron al Hospital Povisa.

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El sindicato policial UFP ya pidió que se condecore esta intervención, de la que se habló ayer en la reunión trimestral ordinaria de los sindicatos con el comisario provincial de Pontevedra y el de Vigo.