La causa por el atropello de un pelotón de 14 ciclistas en Oia el pasado 12 de marzo, con un fallecido y diez heridos, avanza en la vía judicial. Aunque el caso se lleva en al Juzgado 3 de Tui, dos de los ciclistas heridos leves prestaron ayer declaración por exhorto en el Juzgado de Instrucción 1 de Vigo, el mas próximo a sus domicilios. Tanto Carlos Prado como Julio Díz ratificaron su versión inicial del siniestro: el coche que conducía un octogenario les arrolló "sin frenar, ni pitar, ni desviar la trayectoria", por lo que no pudieron hacer nada por evitarlo. Los abogados de los afectados apuntan que la instrucción se va a prolongar por el gran número de testigos que deben declarar y porque para cualquier valoración hay que esperar a que se estabilice el estado de salud de los heridos. Diego Freiría se encuentra todavía en coma y la recuperación del profesor universitario José Antonio Vilán será lenta.

"Yo no lo llamo accidente, fue un atropello. Un coche que venía por detrás y arrolló al grupo, sin pitar, sin frenar, sin desviar la trayectoria. Algo inexplicable", incidió a la salida del juzgado Carlos Prado. Respecto al conductor de 87 años que causó el siniestro, apunta que "me gustaría pensar que le dio un mareo, que se le cayó el teléfono... También que pidiera perdón, pero hasta ahora solo hemos oído mentiras. Dijo que un grupo de ciclistas se le metió en medio. Él se lleva por delante al primero que encuentra y el pobre está ahora en el otro mundo (en alusión a su compañero Ñito Casás). Pero el atestado de la Guardia Civil nos da la razón".

Prado iba a la cabeza del pelotón, el segundo por la derecha, y fue de los últimos en ser arrollados. "No vi llegar el coche, pero el ruido fue suficiente. Creí que estábamos todos muertos. Cuando me levantaba del suelo y vi donde habían ido a parar mis compañeros..." También confirmó que el conductor frenó el coche varios metros más adelante y, aunque creyó que saldría del vehículo y se acercaría a ellos para auxiliarles, " se fue, sin bajarse".

Prado destaca que sus compañeros de aquel día están muy afectados todavía: "Ver salir adelante a los heridos más graves nos da mucha moral, también para pelear por los que no están". Ha vuelto a coger la bicicleta y apunta que cada vez que un compañero vuelve a la carretera, o avanza en su recuperación "es una celebración".

Este testigo lamentó que "los ciclistas siempre son los culpables", y que, aunque cometen errores, muchos conductores que "ni siquiera saben que pueden pisar la línea continua para adelantar a un ciclista" los echan de la carretera.

El próximo 4 de julio, también por exhorto, comparecerá en los juzgados de Vigo otro ciclista, y en Burgos el conductor que circulaba detrás del octogenario. En Santiago también declararán otros deprotistas arrollados.