Eran sobre las cinco de la tarde del viernes y los internos del Módulo 3 del centro penitenciario de A Lama, los más peligrosos de aquellos que cumplen condena en segundo grado, bajaban al patio de la prisión pontevedresa como es habitual. En ese momento, sin que por ahora se conozca el detonante de la trifulca, en torno a medio centenar de los reclusos se enzarzaron en una multitudinaria pelea que acabó con varios de ellos en la enfermería, uno incluso herido por lo que en el argot carcelario se conoce como un pincho, arma blanca casera fabricada en la propia cárcel. Las heridas, al parecer en la zona del brazo, no eran de gravedad y pudo ser atendido en la enfermería del penal, al igual que el resto de los lesionados por contusiones que dejó el incidente.

La reyerta encendió todas las alarmas para el sindicato de funcionarios de prisiones Acaip. Su portavoz en A Lama explicaba ayer que casi la mitad de los presos del módulo participaron en mayor o menor grado en la reyerta dado que ese en concreto cuenta con un total de 109 internos.

Al parecer, el enfrentamiento se produjo entre dos grupos, uno compuesto por internos de cultura musulmana y otro de reclusos que no profesan esta religión. Desde Acaip destacan que "la situación fue tan violenta" que obligó a enviar a aislamiento a cinco internos. "Solo la eficaz y rápida intervención de los funcionarios de prisiones impidió que los hechos acabasen siendo mucho más graves", señalan. No hay que lamentar funcionarios lesionados.

Desde Acaip insisten en que desconocen las causas del enfrentamiento, que hay quien achaca más a conflictos internos entre "pandillas" o "grupos" que se forman en la prisión. "Los roces ya venían de antes", señalaron ayer distintas fuentes "y esa misma mañana al parecer ya se produjo un pequeño incidente entre dos internos".

No obstante, el sindicato no quiere dejar de mencionar que el suceso se produce durante la realización de unas obras para la instalación de detectores de humo en todas las celdas. Una actuación a la que se le dedica una inversión millonaria, según el sindicato, a pesar de que dudan de su "utilidad" debido a la dificultad para que pueda producirse en incendio en una de las celdas. Al menos así lo señalan por su experiencia en otros centros.

Estas obras supusieron el trasvase de internos de un módulo a otro durante 14 meses con "el enorme riesgo que ello conlleva". La convivencia en un mismo módulo de estos distintos grupos parece que fue agravando los roces entre ellos de tal forma que la conflictividad aumentó en la prisión hasta límites preocupantes, según explican desde este sindicato.

De hecho, Acaip destaca que llevaban ya bastante tiempo sin episodios de agresiones o peleas y que la tensión que se vive más recientemente parece que amenaza con enturbiar el clima que se había logrado en la prisión.

Mes del Ramadán

Hay también otras fuentes que señalan que el incidente podría haber tenido que ver con algún roce surgido entre musulmanes y otros reclusos por la comida que se sirve en un mes tan importante para los integrantes del primer colectivo como es el Ramadán.

Además, manifiestan su "descontento" por la firma de un protocolo ante agresiones para personal de la Administración General del Estado del que se ha dejado fuera a los funcionarios de las prisiones a pesar de que sufren el 60% de las agresiones en la administración, y de ellas el 80% de las graves. En A Lama hay unos 1.300 reclusos.