Ocho de los diez testigos a los que por el momento ha acordado tomar declaración la juez lo harán por exhorto en los juzgados correspondientes a sus localidades de residencia. Uno de ellos, Pablo Costas, es un vecino de Nigrán que cerraba el pelotón de ciclistas arrollado en la PO-552. Él resultó ileso. Ayer, tras su comparecencia en el Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo, se mostraba visiblemente afectado por las consecuencias del trágico accidente que vivió. "Conté [en el juzgado] lo que pasó allí, no quiero acordarme...; ahora lo que quiero es pasar página y que la gente [los heridos] se ponga bien; me acuerdo todos los días de ellos", manifestaba a las puertas del edificio judicial. Sobre el estado de los lesionados, apuntó que "van saliendo". "Eso es lo más importante", agregó.

Igual que él, también deberán comparecer como testigos otros cinco deportistas que iban en el grupo, residentes en Vigo, Baiona y Santiago de Compostela. Todos ellos o resultaron ilesos o sufrieron lesiones leves que no precisaron ni evacuación ni asistencia médica, si bien en uno de los casos, según consta en el informe de la Guardia Civil, el ciclista se trasladó después por su cuenta al Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo para ser sometido a un reconocimiento sanitario.

Otros dos testigos son un conductor que circulaba con su vehículo a continuación del turismo que causó el atropello, con residencia en Burgos, y un ciclista de Nigrán que estaba a unos 200 metros del punto del siniestro y que observó el arrollamiento. Según su percepción, el conductor circulaba "a unos 90 kilómetros por hora".