Prisión provisional comunicada y sin fianza. Es la medida que adoptó el juez para el vecino de Vigo de 54 años de edad detenido por la Policía Nacional por supuestamente abusar de un menor de 12 años. Aunque sobre el investigado pesa ya esta medida privativa de libertad, las indagaciones policiales continúan, centradas sobre todo en los cuatro teléfonos móviles incautados en el registro que se realizó en la vivienda del hombre tras su arresto. El rastreo de los datos en todos estos terminales puede resultar clave para las pesquisas y, según fuentes policiales, una unidad especializada de Madrid intervendrá en el análisis de dichos móviles.

El arresto de este vigués, que fue posible tras una investigación realizada por el grupo del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la comisaría viguesa, se produjo ya la pasada semana. Fue concretamente el viernes cuando fue trasladado desde las dependencias de la Policía Nacional en la urbe olívica hasta los juzgados para ser puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 2, que es el que estaba en funciones de guardia. Tras la comparecencia -no trascendió si el hombre prestó declaración o se acogió a su derecho a guardar silencio-, el juez emitió un auto en el que decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales. La calificación del ilícito penal que se le atribuye indicaría que estos abusos se habrían producido en más de una ocasión.

Historial

Al margen de este caso, el detenido ya tenía a sus espaldas un historial de denuncias previas por hechos similares que comenzó en 2004, si bien en todas estas indagaciones anteriores nunca se llegó a poder demostrar la autoría del hombre por la corta edad que tenían las presuntas víctimas y la vergüenza y temor mostrados por las mismas. Hubo concretamente dos denuncias, una de ellas formulada por su exmujer en relación con una hija menor de edad de ambos, y constan notas informativas policiales de otros tres posibles casos.

Pero en el presente caso en el que el perjudicado es un niño de 12 años las pruebas recabadas por los investigadores han llevado al juez a decretar el ingreso en prisión preventiva del vigués, que conocía a los padres del menor. En las pesquisas fue determinante descubrir que arrestado y víctima mantenían contacto a través de la aplicación de mensajería instantánea para telefonía móvil WhatsApp. Y también resultó clave el análisis del propio terminal móvil del niño. Pese a que el menor había borrado conversaciones que habría mantenido con el investigado -supuestamente el hombre era el que le instaba a que lo hiciese para que no quedase rastro del contacto que mantenían- los agentes pudieron recuperar información. El rastreo en el teléfono llevó a descubrir el envío de archivos de carácter sexual entre el perjudicado y el investigado.