Un coruñés aceptó ayer ser condenado a cuatro años y tres meses de cárcel por torturar a uno de sus amigos al que acusó de haber robado en dos ocasiones en su vivienda, situada en una parroquia de Bergondo. La Fiscalía reclamaba que fuese sentenciado a 16 años y 5 meses de prisión por cometer delitos de lesiones, detención ilegal, torturas y tráfico de drogas.