Asimismo, la empresa Redonáutica de Juan Carlos Balado fue condenada por un juzgado de Primera Instancia de Vigo en julio del pasado año. El caso afecta a un directivo jubilado que, a finales de 2011 y tras consultar numerosas opciones, suscribió un contrato de compraventa con esta firma por una embarcación por importe 8.150 euros. Pero al probarla, comprobó que era de imposible uso por el mal funcionamiento del motor antiguo que se le instaló, entre otros muchos defectos, por lo que solicitó la devolución del dinero.

El juez dio la razón al demandante, declarando resuelto el contrato suscrito y sentenciando a la empresa a abonar esa cantidad y las costas. A día de hoy, la reclamación de este afectado al empresario asciende a unos 20.000 euros: los de ese pleito civil que ganó en Vigo y la cantidad a la que el propio perjudicado fue condenado, entre cuantía principal, intereses y costas, por los gastos del alquiler de la plaza de amarre en la que estuvo la lancha que nunca llegó a disfrutar.