"Pido una condena proporcional. Este es un juicio técnico y por eso trajímos a científicos". Daniel Montesdeoca, el abogado defensor de la viguesa Arantxa Amoedo, la joven acusada de matar a su pareja, Jordi Burón, en un chalé de la playa de Arinaga en 2013, basó sus conclusiones, en el juicio que se dirime en la Audiencia Provincial de Las Palmas, en la situación límite "a un paso de la locura" en la que vivía su defendida, basándose en la voz de expertos particulares que evaluaron su salud mental. Mientras, la Fiscalía y la acusación particular mantuvieron la solicitud de pena de cárcel de 20 años, al entender que conservaba todas sus capacidades mentales aunque fuera "rara", y que le asestó una puñalada certera a traición y sin capacidad de defensa, porque el fallecido "no cumplía con sus expectativas económicas ni sexuales", ya que ella quería vivir de los hombres y prefería a las mujeres.

A la espera de que el jurado presente ahora su veredicto, las distintas partes expusieron ayer sus conclusiones.

El abogado defensor, Daniel Montesdeoca, reivindicó para su representada una condena proporcional, alegando que Arantxa confesó los hechos a la policía y a su hermana, además de facilitar el acceso a su teléfono móvil, sobre el que se han extraído muchas pruebas. Pero, sobre todo, por razones mentales. A su juicio, estaba a un paso de la locura y tenía limitada su personalidad.

La fiscal, Teseida García, mantuvo la tesis de que la acusada tenía las facultades mentales completas, aunque pudiera tener problemas de convivencia.