Un vecino de Gondomar. de unos 55 años de edad, ingresó ayer muy grave en el Hospital Álvaro Cunqueiro a consecuencia de un tiro que él mismo habría disparado. El paciente tenía la cara completamente destrozada, pues la explosión le afectó boca, nariz y ojos, y a primeras horas de la mañana entraba en el quirófano donde iba practicársele una complicada operación quirúrgica.

La Guardia Civil se ha hecho cargo del atestado e investiga las circunstancias en que tuvo lugar el trágico suceso. Los agentes descartan la participación de otras personas y tratan de esclarecer si la propia víctima realizó un disparo fortuito o intencionado.