"De un 0 a un 10 de dificultad, desencajarlo de la grieta era un 10. En 12 años ha sido el rescate más difícil", ilustra el responsable del equipo de la Guardia Civil de Montaña (EREIM) de Trives, el cabo Fernando Posada. Cinco jornadas de un sacrificado operativo finalizaron ayer con la recuperación del cuerpo sin vida de André Terra D. S. L., el barranquista luso que perdió la vida a los 38 años el sábado, tras ser arrastrado por la corriente de A Corga da Fecha, una espectacular y peligrosa cascada natural de 350 metros de desnivel, en el corazón del ourensano parque natural del Xurés. El cuerpo, presionado por el caudal, quedó encajonado en una hendidura. Ayer a mediodía, el plan de intervención -una combinación de derroche físico e ingenio- resultó, tras decenas de horas de esfuerzo por parte del EREIM de Trives, con apoyo de agentes de Cangas de Onís (Asturias).

Parapetos sobre la grieta

Sobre la grieta donde se encontraba encajado el cuerpo del barranquista, los especialistas vencieron al abismo por quinto día, disponiendo parapetos, cuerdas y anclajes. Aguas arriba, varias bombas de achique transportadas en helicóptero redujeron el caudal, alimentado en las últimas fechas por las lluvias, una dificultad añadida al reto: "El día era hoy [por ayer], tras casi 24 horas sin llover, y con previsiones de precipitaciones para el fin de semana".

Facilitada la labor por la bajada del nivel de la catarata, los guardias atacaron además el torrente en caída con puntales y escudos a modo de parapeto. Sobre las 13 horas, el rescate tantos días frustrado por la meteorología y la naturaleza, finalmente fue posible. El EREIM liberó, entre gritos de satisfacción, el cuerpo del montañero atrapado en la grieta a la que fue arrastrado el sábado sobre las 22,30 horas, junto a otro compañero que, con mejor fortuna, fue auxiliado por el resto de montañeros del grupo. Cuatro personas de nacionalidad portuguesa, incluido el fallecido, descendían por la Corga da Fecha, uno de los principales reclamos en España para los amantes del barranquismo.

Tras lo más difícil, uno de los guardias asió el cuerpo del montañero y lo trasladó a través de una tirolina hasta una plataforma natural de la montaña, situada en una cota inferior. El helicóptero de Gardacostas "Pesca 1" lo izó y trasladó al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), donde tuvo lugar la autopsia.

Los guardias estallaron en emoción al poder rescatar el cuerpo, tras decenas de horas de esfuerzo. "La familia llevaba cinco días esperando. Fue emotivo y un alivio pro la impotencia que sentimos durante días, por verlo, tocarlo y no poder sacarlo dado el caudal", resumía Fernando Parada.