Dos menores de 13 y 15 años vendidas por su familia en Rumanía a un clan de Sevilla por 1.700 euros, y que una vez en España fueron obligadas a trabajar en el campo o a recoger chatarra, además de sufrir malos tratos, fueron liberadas por la Policía. Las chicas fueron obligadas a casarse y luego trasladadas para ser controladas por el grupo familiar.

Los miembros del clan en España, siete, fueron detenidos, mientras que las jóvenes quedaron bajo la custodia del Servicio de Protección de Menores. La colaboración ciudadana puso a los agentes sobre la pista de una de las chicas.