La gran nube de humo que se adentraba hacia San Simón, visible desde numerosos puntos de la ría, no alcanzó un grado peligroso de toxicidad ni con la fuga de amoníaco de uno de los dos depósitos de Fandicosta, si bien ante el peligro de explosión de los tanques de amoníaco y la fuga detectada en uno de ellos la Dirección Xeral de Protección Civil amplió el perímetro de seguridad a 800 metros durante el día y 2.000 durante la noche. Esto obligó a desalojar varias viviendas, a suspender ayer las clases en CIEP de Domaio y aconsejar a los vecinos de Redondela y Vilaboa que se encerrasen en casa.

La unidad móvil de calidad de aire, situada en Cesantes, registró hasta 1.100 partículas por millón de amoníaco a 60 metros del incendio, si bien a una altura de 150 metros, que el viento del suroeste llevaba hacia San Simón, según explica el subdirector xeral de Protección Civil, José Antonio Grandas. Con 400 partículas por millón comienzan las irritaciones de garganta, por lo que se confinó a los vecinos en sus casas.

La fuga de amoníaco, incide, se produjo al dañarse las tuberías de uno de los dos depósitos de la empresa y se solucionó cuando los bomberos llegaron hasta la caldera y cerraron la llave. Al amoníaco se sumaron en la gran nube de humo los productos tóxicos de la combustión, si bien en ningún momento se superaron los valores límites. El amoníaco a su contacto con el agua deja de ser peligroso, por lo que no se detectó un grado elevado de riesgo.